Sonidos de otras latitudes en el Cochet
<p>Por primera vez en 110 de años de vida, la Orquesta Zagreb se presentó en Funes. Su música, su apertura a la sociedad, sus preocupaciones de cara al futuro, sus reconocimientos y más.</p>
Sí, hay música croata en Argentina. Tanto el género como sus instrumentos no pueden compararse a ninguno de "los nuestros". Rubén Turcinov, uno de los más añejos del grupo, explica el motivo: "Donde vamos causamos sorpresa porque se trata de instrumentos totalmente desconocidos para el común de la gente". Son contadas las personas que conocen el idioma croata en el país. Sin embargo, Mariela Dragicevich revela las claves de sus letras: "Le cantamos a tres cosas: el Amor, la Patria y la Madre". Aunque tampoco se alejan totalmente del repertorio nacional.
Esta heterogeneidad en sus canciones también se cristaliza en la conformación de la Orquesta, compuesta actualmente por once músicos. La ascendencia croata está lejos de ser un requisito excluyente. De hecho Estela Brisar, que cuenta con más de cincuenta años en la Orquesta, es descendiente de eslovenos. María Leonor Jouve y Salvador Busciglio, los últimos que se sumaron, están lejos de tener una cercanía con la ascendencia croata.
De las múltiples actividades que se realizaban en la comunidad croata, la música es lo único que perduró. Y esto se debe en parte por el vínculo sentimental de los integrantes con la disciplina. "Después de los días de ensayo yo no me puedo dormir. Me quedo con ganas de más", comenta Griselda Dragicevich, hermana mayor de Mariela. Están juntas en la Orquesta desde hace 34 años.
Con el paso de los años, las generaciones se sucedían una tras otra en la Orquesta Zagreb. "Era un tema de mandato familiar: al venir los papás, uno quería participar. Ellos vinieron de su país y en algún lado tenían que mostrar sus costumbres", contó Mariela. Los instrumentos con los que se manifestaban son los mismos que utilizan en el presente. Instrumentos que infieren que llegaron junto con los inmigrantes, aunque no hay registro de ello.
A pesar de las obligaciones cotidianas, los ensayos no resultan una carga para los integrantes. Sin embargo, lo que les preocupa es lo que viene. "Cuesta muchísimo que venga la juventud. Esto que es más artesanal les aburre", opina Rubén. Salvador coincide: "Hoy hay un compendio de cosas para los jóvenes ". Mariela fue lapidaria: "Sabemos que si nos vamos… se termina".
El año pasado, estos esfuerzos recibieron una grata contribución por parte del Concejo de la Ciudad de Rosario, quien los reconoció como Orquesta Distinguida. "Uhhh, fue todo", expresó Salvador mientras parecía rememorar aquel instante. Para Mariela, fue un acto de justicia: "Lo merecíamos. Todo lo hacemos a espalda nuestra, no tenemos colaboración de nadie".
Pero su pasión por la música cuenta con un reconocimiento más importante, que no es necesariamente material. Y Rubén finaliza la charla contándolo: "Lo que más apreciamos es el hecho de que la gente haga silencio. Incluso más que el aplauso. Uno a eso, cuando está tocando, lo siente".
La Orquesta Zagreb pasó por Funes hace pocos días, donde desplegaron sonidos e instrumentos en una jornada musical que organizó el Museo Cochet. Ni la lluvia de ese domingo logró acobardar a los funenses que se acercaron a escuchar verdadera música croata.
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