#FunesVota: Muchos para pocos

Si se relaciona la oferta de precandidaturas y los electores, se concluirá que hay numerosas opciones para un padrón corto: alrededor de 21.500 votantes conformarían el registro de votantes aptos para elegir entre los 17 aspirantes locales que buscarán llegar a octubre y quedarse con una de las tres bancas en juego. A esto hay que agregarle que, teniendo en cuenta las dos últimas PASO, el porcentaje de asistencia está cerca del 75% del padrón, lo que reduce aún más la relación que mencionábamos anteriormente. De cumplirse la asociación entre candidaturas-padrón-asistencia, tendríamos un precandidato cada novecientos votantes, aproximadamente.

Hay muchos aventureros que están lejos de acercarse a esa cifra, pero hay opciones que aunque son una incógnita en cuanto a su potencialidad, se mantendrán en carrera para octubre generándoles dificultades a determinados candidatos al momento de acumular votos.

Por otra parte, daría la sensación que tanto desde el plano político como desde el ciudadano, se acerca la fecha del primer llamado y la campaña no aumenta su intensidad. Los candidatos se repliegan en su “mundillo político”, guiándose por impresiones e intuiciones, y los votantes se repliegan en sus rutinas, situación climática que por diversas causas suele revertirse para las Generales.

Las llaves

Como consecuencia de cierto desánimo ciudadano en lo que respecta a lo exclusivamente electoral, y de la amplitud de precandidaturas, una de las claves táctico-estratégica para muchos de los actores políticos en escena será consolidar en el corto plazo su propio nicho, y a partir de ahí, ambicionar con incrementarlo.

Otra de las claves pasará por sintonizar el mensaje adecuado con las principales prioridades y demandas de la opinión pública local. Las concretas son conocidas por la mayoría de los protagonistas: bacheo, pavimentación, recolección de residuos, cloacas, inseguridad. Otro punto a considerar son las críticas generalizadas a la gestión actual, incluso desde el interior de Cambiemos. Ambos aspectos ponen en igualdad de condiciones a casi la totalidad del arco político, dificultando su diferenciación. Es decir, todos los precandidatos inevitablemente están hablando el mismo idioma, aquel que asuma más riesgos, y tenga una cuota más alta de astucia y creatividad al momento de transmitir sus ideas, podrá marcar alguna ventaja con respecto a sus adversarios.

Sin embargo, la verdadera superioridad la obtendrán aquellos representantes que motiven a partir de la connotación y comunicación que generen sus imágenes y sus atributos personales, y que fundamentalmente coincidan con las preferencias coyunturales de los funenses.

El domingo 13 de agosto concluye la primera función electoral, fecha que no define poder pero simbólica y anímicamente determina posibilidades.