Sábado, 28 de Septiembre 2024
Lunes, 24 de Julio del 2017

El histórico y gran jefe de la oficina de Correos

<p>Jorge Jabbur estuvo 36 años al frente de la mensajería del pueblo. Trabajador incansable, luego siguió con los desafíos y lideró el Centro de Jubilados.</p>

No hace mucho tiempo, décadas, en algunas generaciones atrás, el mundo se comunicaba de otro modo. Si las cartas eran el medio, los carteros eran el intermediario y los servicios postales servían para comunicar absolutamente todo. Pensemos en todas las cosas que comunicamos por mail, mensaje de texto, Whatsapp, teléfono, audios. Todo se escribía en una carta, de puño y letra y era enviado para que llegue a destino. Si existía premura en que el mensaje llegue rápido, la opción del telegrama acortaba tiempos pero también palabras.

 

Entre que un sobre se cerraba y enviaba hasta que alguien lo recibía y lo abría, pasaba algo más que la instantaneidad a la que nos acostumbró la maravilla de internet. En el medio el engranaje: el correo central, sus oficinas locales, el despliegue de logística y distribución, sus trabajadores: Todo tangible y humano. En Funes la comunicación funcionaba porque un hombre se ocupaba de que así sea.  

 

Jorge Jabbur fue el histórico Jefe del Correo de la ciudad desde su apertura en el año 1957 hasta que se retiró en el 1994. Un conocedor de la intimidad de la ciudad, era quien se encargaba de que los mensajes lleguen a destino en las épocas en que el puño y letra eran las herramientas.

 

Llegó a la ciudad trasladado desde Monte de Oca, con la específica misión de encabezar la recientemente inaugurada agencia de correo local, que abrió sus puertas en octubre del 57’ en calle Yrigoyen 1545. Jabbur se instaló en Funes con su mujer Elena y su primer hijo en julio del 58’ su segundo hijo nació acá, donde Jorge quiso quedarse.

 

Durante las primeras décadas, cuando el teléfono no era una opción ampliamente difundida en la zona, Jabbur era el encargado de transcribir los telegramas que llegaban codificados en clave morse y hacer que sus carteros los lleven con urgencia a destino. “Los telegramas se recibían en morse auditivo, o morse alámbrica, porque acá no había radio y no se podían enviar de modo inalámbrico. Los sábados eran una lucha con los casamientos, una pila de telegramas felicitando a los novios”, pone como ejemplo.

 

Pero la responsabilidad que caía sobre los hombros de Jorge era mucha, ¿cuántas secretas pasiones se habrán comunicado con puntos y rayas? El Jefe de la oficina de correos era quien se encargaba de transcribir los mensajes que llegaban en código morse. “Estaba y está el secreto profesional, el secreto postal y telegráfico. Siempre se mantenía, pero eso es parte de lo mismo que se mantiene por respeto, sobre todo en un pueblo”, aclara con firmeza y recuerda esa vida de pueblo: “En los pueblos la idiosincrasia es que cuando la gente pasa se dice buen día, buenas tardes, no le niegues el saludo a nadie porque son cuatro locos y te van a dar vuelta la cara todos”.

 

Jabbur era el intermediario, escribía lo que el sonido le decía. Un vecino le enseñó a decodificar el morse cuando era chico y vivía en Rosario. Así fue como comenzó su carrera dentro del Correo, como telegrafista. Luego llegaron los traslados, capacitaciones y ascensos.

 

Cuando la oficina del Correo abrió, limitaba su área de distribución a la zona urbana del pueblo, que hasta entrado los 70´se limitó a un radio que alcanzaba las calles Catamarca, Montevideo, General Paz y Ruta 9. A medida que el pueblo crecía, Jorge lograba incorporar personal para ampliar el radio de distribución.

 

Trabajador incansable. En el año 1994 optó por un retiro voluntario, hasta entonces y durante 36 años, fue el jefe de las comunicaciones locales. Pero sus ganas de trabajar en la ciudad siguieron firmes, y unos años después decidió encabezar junto a dos compañeros un nuevo desafío: levantar el Centro de Jubilados. En el año 2002 encabezó la presidencia del local que se ubica en calle Santa Fe al 1900.

 

Desde hace 15 años ocupa alternativamente distintos cargos en el centro. Fue presidente, tesorero y actualmente secretario. A sus 85 años, Jorge sigue siendo un referente que ordena la actividad de la institución.

 

El año pasado el Municipio le otorgó una distinción junto a otros “ciudadanos históricos”, en el aniversario de la ciudad. Jorge conserva su diploma junto al que le otorgó el Concejo en 1994, cuando se retiró de la actividad postal.

 

Jabbur conserva el empeño del trabajador, sigue firme todas las mañanas siguiendo de cerca el funcionamiento del Centro de Jubilados, donde orgullosamente lograron ampliar y armar consultorios, oficinas y espacios de uso común que utilizan un centenar de abuelos funenses. La tradición postal la fue heredando y el contacto con el correo se mantiene por el trabajo de su hijo y de su nieto. “Es una tradición de familia”, expresa con orgullo.