Sábado, 28 de Septiembre 2024
Miércoles, 05 de Julio del 2017

Tienen 16 y 11 años y representarán al país en Uruguay

<p>Iona y Rocío practican kung fu wushu y participarán del sudamericano en Montevideo. Son las únicas representantes femeninas de la provincia.</p>

Funes tendrá sus representantes en el torneo sudamericano de kung fu wushu que se disputará desde este jueves en Montevideo, Uruguay. Serán Rocío Mansilla, de 16 años, e Iona Zinna, de 11 años, quienes además serán las únicas representantes femeninas de la provincia en la selección Argentina que participará de dicho torneo.

 

Justo, su profesor en la escuela municipal de kung fu wushu explicó que esta disciplina “es la parte federada del kung fu, entonces por eso tiene toda una organización y nos permite participar en un evento federado a nivel sudamericano. Es la primera vez que sucede esto en Funes y las chicas son las únicas dos representantes femeninas de toda la provincia. Van 60 competidores a la selección”.

 

“La Federación Sudamericana cada dos años organiza un evento internacional a nivel sudamericano, entonces a partir del año pasado comenzó un proceso de elegir chicos y chicas para que participen en el de ahora. Coincidió gratamente con que Iona y Rocío queden preseleccionadas en el torneo clasificatorio de principios de año”, relató Justo. “Seguimos practicando, volvimos a los entrenamientos colectivos que se hacen y nos dijeron que estaban en un buen proceso y nos confirmaron que estaban adentro del equipo de la selección”, agregó.

 

Claro que el camino no es fácil: “Son chicas, han sufrido el estrés, el pasar de entrenar de manera divertida y linda a encontrarse con la posibilidad de entrenar con chicas que hace cinco o seis años que practican, les resultó chocante. Nos preguntaban si iban a llegar a hacer eso. En el primer entrenamiento colectivo fue la primera crisis, pero es parte del aprendizaje, no todo el mundo tiene esta posibilidad, de estar entrenando en este nivel. Hablé con ellas un ratito, las inflamos un poco, hicimos que vieran las cosas de otro modo, que no se sintieran que ellas no podían. Se secaron las lágrimas, tomaron agua, volvieron al entrenamiento y le dieron a morir”, recordó el profesor.

 

Por último, la experiencia de Iona y Rocío funcionó también como impulso para los otros 70 chicos que participan de la Escuela Municipal de Kung Fu todos los lunes, miércoles y viernes a partir de las 18 en el Centro Cultural Guille Moreno: “A todo el grupo le genera expectativa, todos ahora piensan `che, ¿y yo alguna vez podré?`. “Las chicas están ahí, con la expectativa y nosotros diciéndoles que no importa cómo termine, ya con estar allá alcanza, es un logro, lo que venga es un plus. Les dije que se olviden de medallas, que la idea es dar lo mejor”, cerró Justo.