Sábado, 28 de Septiembre 2024
Viernes, 23 de Junio del 2017

El sueño de volar: el nido de los pilotos en Funes

<p>Flytime es la escuela privada de capacitación aeronáutica más antigua del país y una de las más grandes de Latinoamérica.</p>

“Yo soy piloto, era piloto militar. Con un amigo compramos un avioncito y arrancamos la escuela en el año 1993, hoy tenemos 15 aviones”, dice Miguel con orgullo. Y no es para menos, el lugar se puebla de estudiantes de incontables países: Ecuador, Perú, Panamá, Colombia, Chile e incluso algún que otro estudiante de España o Italia.

 

La característica y ventaja de esta escuela es que es integral, se hacen los cursos teóricos habilitados, cuenta con un simulador de vuelo, bastante cantidad de aviones y un aeropuerto importante desde donde se opera. “Acá la carrera es más económica que en el exterior, nosotros estamos con valores del 50% de lo que cuesta ser piloto afuera”, explica Miguel, o Neno, como lo llaman afectuosamente sus compañeros.

 

Frente a la escuela, ubicada en Newbery al 1900, altura en la que la avenida llega a Funes, hay un hostel donde viven alrededor de 60 estudiantes, de los cuales la mitad son extranjeros y la otra mitad argentinos, muchos de la zona norte del país. Toda una comunidad soñando día y noche con cumplir sus metas sobre esos inmensos pájaros de metal. “Es muy lindo volar, es muy lindo. Hay gente que por ahí le tiene miedo, pero para mí es muy lindo; si volaste la primera vez y te gustó, no lo dejás más”, dice Miguel.

 

Una pasión: del taxi al avión

Ser piloto es una inversión grande de dinero en poco tiempo, como los costos de una carrera universitaria privada pero reducidos a un par de años, exige sacrificios y esto Miguel lo sabe en carne propia: “Yo era taxista cuando era pibe, manejaba todos los días doce horas por día y todo lo que juntaba era para volar. A mis viejos no le daban los bolsillos, siempre hubo que sacrificarse si uno no tuvo las ventajas”.

 

Y a la charla se suma Ulises Robles, uno de los célebres instructores de vuelo de Flytime: “es una carrera muy apasionante, el tipo que arranca y le gusta va a hacer lo imposible para llegar, más allá de lo económico, hay mucha gente de muy abajo, sin nada, que ha llegado”, y añade: “conocemos muchas historias de gente que desde empezar vendiendo diarios hasta hacer cualquier cosa, laburar todo el día para poder sumar sus horas y llegar a cumplir este sueño. Es una pasión, no en toda carrera la gente va a sacrificarse tanto para llegar, volar es realmente una pasión”.

 

“Recuerdo que en aquel entonces mi novia, con la cual me casé, cuando salíamos a tomar un café siempre lo pagaba ella. Todo lo que yo producía era para volar”, cuenta Neno entre risas y continúa su reflexión: “uno llega por dos caminos, o por tener apoyo familiar o por romperse la espalda trabajando, pero con pasión a la larga uno llega”.

 

Más seguro que un auto

Pese a las creencias populares, según las estadísticas la parte más peligrosa de tomar un avión, es el trayecto en automóvil hacia el aeropuerto. Y esto es lo que nos confirma Miguel: “yo voy mucho más tranquilo un día de lluvia sentado en un avión que sentado en un auto. Los índices en aire no existen, pasa que cuando sucede algo, los titulares son gigantes, pero se debe a su rareza”.

 

Y no solo nos da tranquilidad con respecto a los accidentes en avión, por último, también nos da ganas de manejar uno: “es más fácil manejar un avión que un auto, en el auto tenés acelerador, freno, embrague, volante, mirar los semáforos; en el aire no hay semáforos, el acelerador está en la mano, una palanca, dos pedales y a volar”.