Sábado, 28 de Septiembre 2024
Viernes, 09 de Junio del 2017

El comercio tampoco se salva

<p>Desde 2015 a la fecha, 250 negocios cerraron sus puertas en Funes. Cada cuatro días, un comerciante local pierde su fuente de trabajo. “Vemos que la gente no llega a pagar”, dice ACIF. “Hay un freno”, reconoce AEF.</p>

Vanesa Fresno - InfoFunes

 

El comercio tampoco se salva. Desde 2015 a la fecha, 250 negocios cerraron sus puertas en Funes. Cada cuatro días, un comerciante funense pierde su fuente de trabajo. Al igual que el de la construcción, el boom del comercio se pinchó y amenaza con dejar un tendal. ¿Tarifazo? ¿Inflación? ¿Pérdida del poder adquisitivo? ¿Por qué decayó el comercio?

 

El primer indicio de este presente lo dio la Asociación de Comerciantes e Industriales de Funes (ACIF) hace cuatro meses. Corría febrero cuando desde la entidad dieron a conocer un relevamiento hecho en el radio de calles delimitado por Fuerza Aérea, General Paz, Los Pumas y Alberdi que daba cuenta que la cifra de locales vacíos ascendía a 136. “Es preocupante porque si así estamos en verano, no sé qué va a resultar en invierno cuando a las seis de la tarde ya no hay nadie en la calle”, razonaba en ese entonces su presidente, Cecilio Coria.

 

Evolución en números. La cantidad de comercios habilitados en Funes año a año pierde fuerza en su ascenso: en 2015 ese número ascendía a 957, 110 más en comparación a los 857 de 2014. Ya en 2016, el aumento se mantuvo, pero mermó su fuerza: 46 locales más que el año anterior, totalizando 1013. En la primera mitad del 2017, esta cifra aumentó en 17 locales, totalizando 1030, pero continuando con la tendencia al estancamiento: a este ritmo, a fin de año habrá solo 34 locales más con referencia a 2016, un 30% del aumento que hubo entre 2014 y 2015.  

 

Cuando se empiezan a analizar detalladamente las altas y bajas de comercios, la realidad empeora: en 2016, primer año de Diego León Barreto al frente de la Municipalidad, se habilitaron 175 comercios, 17 menos que los 193 autorizados en 2015, el último año de la gestión de Mónica Tomei. En lo que va del 2017 se le dio el visto bueno a 54 negocios. Así las cosas, a fin de año las autorizaciones rondarían las 140, es decir, casi un 30% menos que las brindadas por la administración Tomei en 2015.

 

Las versión más acabada de este panorama de emergencia se ve cuando se agregan los datos de los comercios que se dieron de baja en los registros municipales en el mismo período de tiempo: en 2016, 129 comercios tuvieron que cerrar sus puertas, lo que significó un 56% más que los que lo hicieron durante 2015, que fueron 83. Sumados a los 37 locales que ya se dieron de baja en la primer mitad de 2017, da como resultado que casi 250 comercios tuvieron que cerrar sus puertas desde 2015 hasta hoy.

 

La visión de los empresarios. Germán Nocera, presidente de la Asociación Empresaria de Funes (AEF), analizó la situación y entendió que “hay un freno” y que “está bastante castigado el rubro”. “Incluso los locales exclusivos están retraídos. Normalmente al tener marcas tenés un segmento que te va a comprar, que es una clase media, y también se está sintiendo ahí. No es solo el más humilde o el que menos dinero tiene, en la clase media-alta también está frenado el tema, como que la gente está con otras prioridades”, sostuvo el empresario. “También hay un freno en los alquileres. Los locales que están bien ubicados, si quedan libres cuesta volver a alquilarlos”.

 

Para el presidente de AEF, “hay que ser cuidadosos, cuidar al inquilino, ser equilibrado con los precios, brindar servicios, atender bien al cliente, hacer promociones, esmerarse para comprar bien, tener buenos precios y buenas condiciones de pago para los clientes. Es una gimnasia que hay que hacer” ya que “los tiempos se ponen difíciles y uno tiene que seguir utilizando el ingenio para trabajar”.

 

Y los comerciantes. Por el lado de los pequeños y medianos comerciantes también se siente el golpe: “no se puede mantener un negocio abierto con la cantidad de aumentos de servicio que hubo en este último tiempo. Eso afectó a los comercios chicos, medianos y grandes. Es imposible mantenerse con aumentos de más del 1000% y la pérdida del poder adquisitivo del trabajador, que no se va a dar gustos en una tienda. En el negocio vemos que la gente no llega a pagar”, dice Coria.

 

Un ejemplo que bien sirve para graficar la situación lo dio un comerciante de la zona del Liceo: “Un año atrás había grupos que venían los viernes y se tomaban un cajón de cerveza, ahora compran dos y de las más baratas. La gente viene y me pide galletitas de las más baratas, la leche de la más barata y compra menos. Hay cosas de primeras marcas que cuando la gente ve lo que cuesta, las deja. Si bien nominalmente vendo lo mismo que el año pasado porque la gente tiene la misma cantidad de plata, en realidad vendo menos porque la inflación sube, al igual que la luz y el alquiler. Perdimos casi cuatro puntos porcentuales de ganancia en el último año”, relató el trabajador desde el mostrador de su negocio.

 

Tarifazo, inflación, pérdida del poder adquisitivo y consecuente merma en el consumo. No es solo uno el motivo por el cual 250 comercios cerraron sus puertas en dos años y medio, a razón de uno cada cuatro días. En una ciudad dedicada a los servicios como Funes, que explotó a la luz de la construcción y del comercio, esta realidad es crítica. Como los pequeños pueblos que se estancaron al desaparecer el ferrocarril, la situación amenaza con romper el status quo de los últimos quince años y cambiar la naturaleza funense.