Sábado, 28 de Septiembre 2024
Martes, 02 de Mayo del 2017

Los pozos tapan el bosque

<p>La falta de mantenimiento y planeamiento sumada al crecimiento provocó que Funes se transforme en un campo minado de baches.</p>

Vanesa Fresno - InfoFunes

“Tenemos la ciudad dinamitada”, le dijo León Barreto a InfoFunes allá por octubre de 2016. El diagnóstico era tan crudo como real, pero Barreto era y es el intendente, y con su diagnóstico no alcanza.

 

Entre marzo y abril del 2016, Funes fue azotada por una interminable lluvia que duró aproximadamente un mes. Si a eso se le agrega el flujo ascendente de autos, la entrada de camiones hacia los barrios que están en plena construcción y la falta de mantenimiento y reparación, dieron –y aún dan- como resultado la destrucción de cientos de calles de toda la ciudad.

 

Como consecuencia, para los funenses hace un año que el principal problema está en los pozos. Según datos propios, en enero del 2015 el principal problema de la ciudad era la inseguridad (60%), como en la mayoría de las ciudades santafesinas. En julio de 2016, la inseguridad pasó al tercer lugar con el 11%, y la cuestión de los baches y pavimento trepó a la primera ubicación con el 33% de las menciones. Si bien los últimos datos son del año anterior, el problema no se ha revertido sino que por el contrario, se mantiene vigente. Y a diferencia de la inseguridad que uno la puede sufrir en primera persona o no, los pozos son un problema palpable para todos.

 

Por otro lado, el tema es tan evidente como irrisorio. Se podría pensar que una ciudad en la que su principal problema desde hace meses está en los agujeros de sus calles tiene otros asuntos de mayor envergadura resueltos. Pero no. El pozo tapa el bosque, quedando en segundo plano el déficit educativo, el déficit habitacional (¿dónde se mudan hoy los jóvenes funenses de aproximadamente 30 años? Sus opciones son casas de 250 metros con pileta y 13 mil pesos de alquiler o Rosario), nuevas dificultades con el transporte, caos vehicular y acumulación de basura, son algunos de los problemas que esperan que la cuestión pozuna se resuelva para, por lo menos, ser discutidos.

 

El pozo es tan grande y evidente que se tragó a los demás problemas y transformó la discusión pública en algo redundante, banal y absoluto. Síntoma de los tiempos que corren en el “Pozo de la provincia” o en “La patria pozera”, ocurrencias y chascarrillos también de la época.

 

No deja de ser penoso que se invierta tanto tiempo y energía en este problema de simple resolución cuando la ciudad, con la enorme inversión privada que tuvo, debería tener ciertas demandas resueltas y estar trabajando en otro tipo de asuntos.

 

Simple resolución si se le dedica el tiempo necesario y se tiene a las personas idóneas para la tarea. Resulta inexplicable como Ricardo Rey, Secretario de Servicios Públicos hasta hace 20 días, haya permanecido en su cargo durante tanto tiempo. Como también resulta incomprensible que León Barreto o su mano derecha, Leonel Scarano, no hayan salido a dar explicaciones sobre el tema, siendo Servicios Públicos un área tan sensible para la actualidad funense.

 

Desde el Ejecutivo deslizaron la versión de renuncia por parte de Rey, situación inverosímil ya que días previos lo habían increpado en reunión de gabinete acusándolo de “lento”. En conclusión, mantuvieron a un funcionario que no daba respuesta, lo despiden pero difunden la versión de renuncia para no pagar costo político de ese sostenimiento, y automáticamente ingresa Gastón Bruno que en 15 días mostró eficiencia y buena predisposición. Como decíamos, reparar una calle de tierra era una cuestión de voluntad y decisión y no una traducción en chino mandarín.

 

En definitiva, el Ejecutivo tiene que resolver rápidamente y de una buena vez los baches de la ciudad para empezar a debatir temas más profundos para el futuro de Funes. Para eso la ciudadanía tiene un rol que cumplir. Mientras los vecinos no hagan lo suyo y abandonen la comodidad de sus jardines el pozo seguirá tapando el bosque.