El papá de Juampi: “Acá hubo un milagro que Dios permitió por algo"

Juan Pablo Román salió el sábado 25 de marzo, cerca de las 20, a esperar el colectivo para ir como cada sábado a “jóvenes”, un grupo de una iglesia donde tocan la guitarra y comen algo con otros chicos de su edad. A los pocos minutos comenzó una odisea para toda la familia, que hoy cuentan agradecidos en primera persona.

Cristian Román, el papá de Juampi, contó cómo fueron esos primeras horas luego de que su hijo de 14 años fuera atropellado por una mujer en la garita 1. “Ni la mujer sabe que pasó, la mujer que lo atropelló dijo que no lo vio”. El traslado al Hospital de Niños V.J. Vilela fue durísimo: “Ni bien sube a la ambulancia comienza a convulsionar y se broncoaspira”, recuerda Cristian que desde el mismo traslado permaneció junto a su hijo: “Yo estuve con él todo el tiempo, no me moví del hospital, fueron cuatros días en los que habré dormido seis horas”.

Las primeras horas de su internación fueron desesperantes, los médicos le dijeron que Juampi estaba “en la línea” y que lo iban a “traer para este lado” pero que el pronóstico era muy malo, recuerda con angustia.

Cristian y Mari, los papás del adolescente afirman: “Acá hubo un milagro que Dios permitió por algo. Tampoco es casualidad que todo un pueblo se ponga a pedir por algo. Todas esas fuerzas que la gente nos envió te aseguro que llegaron”. Los Román agradecen a toda la gente que les envió sus fuerzas, miles de funenses y hasta gente de todas partes del mundo: “Una amiga de mi hermana estaba en Estados Unidos y desde allá comenzaron una cadena de oración que alcanzó a gente de EEUU, Colombia, Puerto Rico, Uruguay, España, Italia, Irlanda y en el norte de África”.

El joven padre no encuentra palabras que traduzcan su entero agradecimiento: “Estoy sorprendido porque es algo que nos sobrepasó, no tengo palabras para agradecerle a la gente. Ver todo lo que están haciendo la gente del barrio, los chicos hicieron un torneo de fútbol, ganaron una plata y se la donaron a Juampi para ayudarnos a nosotros. Ahora están organizando un festival”, enumera Cristian y se emociona.

Sabe con certeza que toda esa buena energía fue recibida, y que parte del “milagro” de su pronta recuperación se debe también a tantos buenos deseos: “Me dijeron que de 15 a 30 días recién iba a esperarse que abra los ojos, Juampi los abrió al cuarto día. Me dijeron que iba a demorar en poder hablar y caminar entre cinco y doce meses. Él lo logró a los 8 días”, cuenta Cristian casi sin poder creerlo.

Los Román también tuvieron palabras de agradecimiento para el Intendente de la ciudad, quien fue uno de los primeros en acercarse al Hospital de Niños para visitarlos. Confía en la buena voluntad de Diego León Barreto y le agradeció específicamente la disposición: “El semáforo por ejemplo lo veníamos pidiendo desde hace dos años, y claro que no es el gobierno este el que tiene la culpa del semáforo, el gobierno anterior nos firmó un papel diciéndonos que lo iban a colocar. Por eso es que no comparto eso que dicen que todo lo que está pasando tenga la culpa el Intendente, la verdad es que después de esto se ofreció una solución, yo creo que tiene la mejor intención, pasa que es todo un proceso, no es sólo ir y poner el semáforo”.

Juampi, ya está en su casa, solo tiene que seguir mejorando, a pasos agigantados como hasta ahora. Le espera una larga rehabilitación kinesiológica y sobre todo neurológica ya que, según cuenta su papá “él se acuerda de todo, habla, pero su andar es distinto. Tiene que rehabilitar algunas funciones neurológicas”. Los Román saben que su hijo va a lograr recuperarse, que energías propias y de todos los que lo animan no les van a faltar. “Gracias, muchísimas gracias a todos”, fue el mensaje que la familia de Juampi quiso dejar a todos los funenses.