Viernes, 27 de Septiembre 2024
Lunes, 23 de Enero del 2017

Una visita guiada al patrimonio histórico de Funes

<p>Susana Bellis es historiadora por convicción. Su objeto de estudio son las historias que surgen de las icónicas casas y mansiones de la ciudad.</p>

“Empecé a averiguar por la mansión de Ábalos, que está entre Yrigoyen, San José, Sarmiento y Moreno. Ahora está dividida en dos partes, una pertenece a una familia que la tienen con buen mantenimiento y en la otra funcionó una escuela”. La casi treintena de minutos de conversación con Susana transcurren así, navegando entre historias de casas, casonas, quintas y mansiones que se encuentran empotradas a lo largo y ancho de Funes. Historias trágicas, atrayentes y graciosas. Hay de todo en la historia de la ciudad y Susana se propone darlo a conocer.

La mansión nombrada en el primer párrafo, por ejemplo, no fue pensada para ser una casa. “El dueño era un médico, José Ábalos, político radical, que participó mucho en el gobierno de Yrigoyen. Comienza la construcción de esa mansión con la idea de hacer un hospital de enfermedades respiratorias agudas. Era la época de la tuberculosis, y él aproximadamente en 1915 empieza a construir ese hospitalito, con líneas italianas como el Italiano o el Centenario. Se creía que la tuberculosis se podía superar con vida sana, en la altura, alimentándose bien, caminando. Lo construyó, le llevó un tiempo, pero no lo pudo poner en práctica porque cayó Yrigoyen y toma el poder el gobierno de facto”, cierra Susana la primera historia de la tarde.

Susana es Susana Bellis. Hija de una familia histórica de Funes, hoy es ferretera por herencia, médica por vocación y, desde hace pocos meses, historiadora por convicción. Su objeto de estudio es la ciudad de Funes, más precisamente las historias que son disparadas por las icónicas casas y mansiones de la ciudad, historias que luego relata en una página de Facebook que administra (“Funes y su conservación del patrimonio”) y, más didáctico aún, en visitas guiadas que organiza por la ciudad, que hace sin fines de lucro.

“La idea de hacer una visita guiada en Funes la tengo de hace tiempo, cuando yo tenía una agencia de remises y entonces por ahí algunas personas querían salir a conocer el pueblo”, relata Susana. “Empecé a mirar, vi que en Funes hay lindas mansiones, residencias, pero les conocía el nombre nada más, como por ejemplo la mansión de Ábalos, el Chalet Blanco, la Quinta del Lago. Pasó el tiempo y no me pude dedicar”, agrega quien, en los últimos meses, se dedicó de lleno al tema: “Empecé a hacer esta página y a poner fotos que saco yo con una historia de la casa y de la familia, pero no profundizando tanto. Cuando tuve varias casas con detalles, pude armar el recorrido. Pero me quedó grande y tuve que hacer una visita guiada de la zona del centro y otra de las afueras”.

La historia de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, la del casco de estancia de don Fermín Lejarza (hoy Club House del Kentucky Club de Campo), anécdotas de la construcción de la mansión de Muratorio (Candelaria y Avenida del Rosario), las sucesivas casas de la familia Funes y de Pedro A. Ríos, algunas fotos realmente incunables y sorprendentes como la de la YPF de Tucumán y Ruta 9 en la década del 40, son disparadores también para las memorias de los lectores que aportan datos e interactúan enriqueciendo los posteos, develando historias y acercando el pasado al presente.

Susana dice que con esta movida pretende que “Funes tenga sus lugares históricos con sus referencias, que algunas de esas casas que no están del todo bien mantenidas entren en la ordenanza de las casas históricas, que se proteja ese patrimonio. La Municipalidad tiene que protegerlo, quizás quitándole un poco el peso de la carga de los impuestos. Algunas casas están bien mantenidas, otras lamentablemente no”.

Las visitas guiadas (el que quiera participar puede informarse en el evento de Facebook con el mismo nombre que la página administrada por Bellis) se volverán a repetir: “Tengo apoyo de colaboradores de la Secretaría de Cultura que van a promover las visitas guiadas y les digo que al final tenemos que lograr que esas hermosas mansiones se conserven”.

Para terminar, la historiadora cuenta que la historia que más la sedujo fue la del casco de estancia de Lezgarza. Tuvo acceso, gracias a los descendientes del dueño, a los libros de visitas y ahí descubrió cientos de artistas y políticos que eran invitados por el anfitrión a pasar unos días en su propiedad, y estos retribuían el convite con obras dedicadas a Lezgarza o con largas charlas bohemias: “Me sedujo lo que se vivía ahí adentro, el ambiente con todos esos artistas que pasaban, la bohemia que se vivía, los pintores que le dedicaban los cuadros. Eso me fascinó”. Muchas de esas obras se pueden ver en la página administrada por Susana, donde la historia funense vuelve a cobrar vida.