Rímini al Ejecutivo: “Que no nos tomen por ingenuos"

No va más, viernes 15, gritaron en el Casino municipal. Todas las ordenanzas aprobadas en la polémica sesión del 22 diciembre se promulgaron de manera automática, salvo la Junta de Reclamos que el propio intendente Diego León Barreto decidió vetar el jueves 14, un día antes.

El único edil que se opuso a la aprobación de un barrio cerrado, un complejo de ocho edificios de 12 metros de altura y un parque industrial, fue el radical Juan Ignacio Rímini, quien pidió que el Ejecutivo “no se haga el desentendido” en cuestiones que “afectan  el desarrollo urbanístico futuro de nuestra ciudad”.

A pesar de la postura oficialista, que dice que el plazo previo a la promulgación se mantiene vigente, Rímini remarcó que los tiempos “están vencidos” y, en ese sentido, sentenció: “Que no nos tomen por ingenuos. Las ordenanzas están en vigencia tal cual fueron sancionadas  a pesar de las promesas del intendente de re evaluación de las mismas”.

“Legislar en materia urbanística sin realizar un análisis serio de las consecuencias de las medidas adoptadas  fue una irresponsabilidad, incrementada por la falta de accionar posterior por parte del gobierno de Diego Barreto.  En estas cuestiones que impactan de lleno en la vida de la comunidad funense no hay lugar para la especulación política. Si el Ejecutivo está de acuerdo con dichas sanciones debe salir a declararlo y, principalmente, fundamentarlo”, cerró el concejal del Frente Progresista.