Miércoles, 25 de Septiembre 2024
Jueves, 29 de Octubre del 2015

“El ferrocarril es mi vida”

<p>Aquiles Mario Taylor es, desde hace veinte años, el guardabarrera de los tres pasos a nivel de Funes, y se entusiasma con una reactivación del sistema. </p>

Foto: Vanesa Fresno-InfoFunes

“En Funes me conocen todos, me saluda hasta el perro”, dice Mario, mientras suenan tres bocinazos seguidos que corroboran esta afirmación. Mario es Aquiles Mario Taylor, el guardabarrera del paso a nivel de la calle Independencia, quien desde hace veinte años ocupa ese lugar. 

“Yo soy el único ferroviario que no viene de familia ferroviaria”, dice entre risas. “Tenía gente grande, amiga, que eran jubilados y trabajaban en la fábrica donde yo trabajaba. Y uno de ellos me dijo que me iba a hacer entrar al ferrocarril. Yo no le di mucha importancia, llenamos los papeles y pasó, me olvidé. Como a los dos años viene este señor y me dijo que me tenía que presentar en la estación Rosario Central, que me llamaban del ferrocarril. No lo podía creer. Entré y me fui a Buenos Aires, me mandaron ahí, y el mismo señor me dijo que cuando quisiese volverme a Rosario, pidiese la vacante que me guste que me traía. Pedí vacante de guardatren, y me trajeron de vuelta a Rosario”.

Mario fue uno de los pocos sobrevivientes a la privatización de 1993: “Los últimos tiempos de Ferrocarriles Argentinos no daba para más, venía muy mal, no había máquinas, hasta el combustible faltaba, había poca actividad. Vino la privatización y tuve la suerte de que la privada me tome a mí, y como ya no había pasajeros, me mandaron acá, a Funes, de guardabarrera”. El nombre técnico es auxiliar de tránsito, y Mario maneja los paso a niveles de Elorza, Mitre e Independencia. Los primeros dos, a través de un panel, y el tercero de forma manual, en la pequeña casa que se puede ver al costado del cruce ferroviario. “Protejo los pasos a nivel, observo que el tren pase normal, que no pase nada raro, intento evitar los accidentes, bajo la barrera”, cuenta Mario.

La privatización del ferrocarril es algo harto recordado en la historia argentina, y Taylor lo cuenta desde su óptica: “La privada es distinta, más seria, más profesional, más responsable en cierto modo. Se trabaja bien. Con el Estado no es que se trabajara mal, pero se venía en decadencia y había cosas que faltaban muchas cosas, aunque siempre estuvo ese especial cariño a Ferrocarriles Argentinos”, dice, al punto que agrega: “El ferrocarril fue muy querido acá, muy útil para la sociedad, y estaría bueno que se reactive, que vuelva bien. Antes había mucha más frecuencia, se llevaban mucho más pasajeros, había locales, estaba el tren a Córdoba. Ahora está volviendo, pero cuesta porque es mucha inversión, y hubo muchos años de desinversión. Por suerte, dentro de todo, este gobierno ha invertido bastante, le ha dado mucha bolilla y esperemos que vuelva. Si hay voluntad, va a volver”

Taylor muestra un vasto conocimiento de la materia, con 31 años de servicio ininterrumpido como aprendizaje, un período en el que, claro, no pudo no encariñarse con la industria de los trenes: “Para mi es lo mejor, el ferrocarril es lo más grande, es mi vida, viví toda mi vida del ferrocarril. Me enorgullecería que esto esté a full, poder volver a trabajar con los pasajeros, me pondría muy contento”, cierra, emocionado.