Betty Murray: “Funes es todo para mí, de acá no me voy”
La viuda del nieto de John Murray, primer jefe de Estación, guarda en su memoria un pedazo grande de la historia de Funes.
“El primer Murray en Funes fue John Murray, quien llegó en 1875”. Así, Beatriz Alonso de Murray, más conocida como Betty, empieza a contar la historia de la familia de su marido, una de las primeras habitantes de Funes, haciendo gala de una memoria que sorprenderá a propios y extraños a lo largo de la nota. “Cuando la compañía general de ferrocarril quiere acortar la distancia entre Roldán y Rosario, viendo que ya había producción agropecuaria, establece una parada con un cuerpo de vagón como la compañía usaba para los colonos, al costado de la vía, de madera. Allí funcionaba la oficina y la estafeta postal. Y John Murray fue el primer jefe de esa estación, llamada Bandera".
Betty nos recibió muy amablemente en su casa. Mostró fotos, recuerdos, contó historias y buceó en las profundas aguas de la historia funense, algo que conoce como pocas. “Yo nací en Las Rosas y viví en Roldán hasta que me casé. Pero me enamoré de Funes por culpa de mi marido, que no se quiso ir nunca. Era un pueblo chico pero era muy afable, la gente era muy vecina. Funes me encantaba, uno se sentía muy conectado, muy unido”.
Betty vuelve a su memoria para seguir contando la historia de John Murray: “En un principio vivía en la estancia de Gregorio Taboada, nunca supimos bien dónde estaba el casco, pero estaba en la zona del Kentucky y fue anterior a la Granja Nenuncho, la estancia de Fermín Legarza. Cuando él es nombrado como jefe de la parada, viaja a Edimburgo y se casa, se vuelve a Funes y ya comienzan a vivir en la casita de mampostería que había sido construida en la parada, donde nacieron sus hijos, que luego se fueron esparciendo”, comenta Betty, y nombra a algunos: “Por ejemplo, la mayor era Minnie que se caso con Herbert Butt, que era un noble inglés recibidor de granos, coleccionista de arte, y su madre había sido institutriz de los hijos de la Reina Victoria. Lucy Murray fue la primera maestra de Funes y daba clase en la estación, murió muy jovencita de tuberculosis en Plaza Jewell. Douglas Murray fue a la segunda guerra mundial y se estableció allá”. Miles de historias dentro de la historia.
Tanta memoria no iba a ser en vano: Betty fue una de las principales impulsoras del Museo Murray. “Fue la gran ilusión de mi marido, cuando el museo se inauguró él se dio por concluido, era grande, no se sentía bien, entonces dijo . Como es la Municipalidad la que lo mantiene, es la Municipalidad la que lo capitanea”, comenta Betty y agrega: “Yo he donado muchas cosas que no están exhibidas, están guardadas, que sería lo mismo que si yo las tuviese guardadas acá. Me parecía interesante, cuando yo abrí los garages de casa, había cien años de historia guardados, en fotos, en cartas, en elementos. Les di la pipa de barro de John, la primer silla de estación, ¿qué mejor que esté en el Museo? Hay muchas cosas, me gustaría agarrar el inventario y ver qué es lo que está, qué fue lo que se llevaron. Lo que yo doné lo quiero ver exhibido, para eso lo doné, si no, me lo quedaba. He dado cantidades de fotos, la primera foto de la Iglesia, por ejemplo, que se vio mucho en el primer canal del pueblo, el de Marracino. Se usaba como fondo de algunos videos donde mi marido contaba la historia del pueblo”.
El esposo de Betty, nieto del pionero John Murray, también tuvo su papel en el pueblo: “Era una persona progresista. A Juvenal Rímini le decía que abra el camino del cementerio y haga una ruta, porque si la Ruta 9 se obstruye por algún accidente, el pueblo estaba taponado, y bueno, ahora con el tiempo Mónica Tomei lo hizo. Él hubiera querido que sean más caminos los que se hicieran, la cloaca antes que el pavimento. Al haber trabajado en el ferrocarril se daba cuenta las carencias de los pueblos, lo que más necesitaban”, cuenta Betty.
La memoriosa recuerda el Funes de antaño: “Este fue un pueblo habitado por empleados, no era gente rica de Rosario, hacían su casa, había quintas. Es distinto a Roldán, que fue creado y enfocado a ser una colonia, y en dos años había casas de material, iglesia para dos mil personas, fue distinto, ayudó la cosecha, la cría de ganado, emprendimientos frutales, y con el tiempo fue pueblo de recreo. Funes fue siempre clase media con buen ambiente. La gente viajaba en el ferrocarril, eran todos empleados. Ahora es pueblo de recreo, antes no lo era”
Para terminar, le preguntamos: ¿qué es Funes para vos, Betty? Ella toma agua, nos mira y las lágrimas salen de sus ojos. “Es todo para mi. Yo de acá no me voy. El ambiente es bueno, el aire es sano. Es histórico”.
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