Miércoles, 25 de Septiembre 2024
Martes, 28 de Julio del 2015

Imputaron a tres detenidos por el atraco a dos viviendas de Funes Hills

<p>Son un rosarino y dos cordobeses que fueron ubicados al día siguiente. Ayer negaron su vinculación con el hecho.</p> <p> </p>

"Tenés que estar tranquilo y mentalizarte para el miércoles. Ya van a bajar los pibes de allá, los culiados, y van a ir al mismo lugar del otro día". Esa frase captada en una escucha telefónica al evadido de una comisaría marcó la caída de los tres detenidos por los robos del viernes en el barrio cerrado Funes Hills, donde una banda de encapuchados sorprendió a dos familias mientras dormían, maniataron a las víctimas y se apoderaron de dinero, joyas, relojes y celulares.

Los acusados son un rosarino con condena previa por homicidio y dos cordobeses que ayer fueron imputados de dos hechos de robo calificado. Quedaron presos por otras 48 horas hasta que se realice la audiencia de prisión preventiva.

Con la foto. Los tres fueron detenidos el sábado al mediodía en un departamento de un dormitorio de Moreno y Brown donde se halló, entre otras evidencias, un celular robado a uno de los residentes del country con su foto familiar aún como fondo de pantalla.

La Policía de Investigaciones (PDI) llegó allí tras los pasos de Jeremías Paulazzo, de 33 años e implicado en el robo a una joyería en marzo pasado. Lo buscaban desde que el 16 de junio se evadió con otros presos de la comisaría 24ª de Granadero Baigorria. Por escuchas advirtieron dónde se escondía.

Al momento del operativo con Paulazzo estaban Ricardo Romero, de 41 años, nacido en Salta y radicado en Córdoba capital, y el cordobés Germán Bustos, de 39. A pedido de los fiscales Nicolás Foppiani, Georgina Pairola y Juliana González, los tres fueron acusados por dos robos triplemente calificados: por el uso de armas de fuego, por actuar en poblado o en banda y por el uso de llave falsa o ganzúa para ingresar a las dos casas de Funes Hills, donde un grupo violentó el cerco perimetral para ingresar a dos casas del condominio San Marino.

La audiencia fue presidida por el juez Héctor Núñez Cartelle, quien a pedido de la fiscalía aceptó prorrogar por 48 horas el tratamiento de medidas de arresto e hizo lugar al inesperado secuestro, en plena sala, de la campera que vestía Paulazzo por ser idéntica a la que usaba a uno de los asaltantes de los suegros de Lionel Messi en el mismo complejo en febrero (ver aparte).

Plan. El robo ocurrió la madrugada del viernes en el complejo de avenida Fuerza Aérea 2350 de Funes. Según precisó Foppiani al formular la imputación, los tres sospechosos habrían integrado "un mismo plan delictivo" con al menos dos hombres más, ya que las víctimas describieron a un grupo de entre cinco y siete asaltantes encapuchados y con armas.

Tras violentar parte del cerco con una ganzúa irrumpieron en una casa del lote 218, en el condominio San Marino, donde dormían un matrimonio con sus dos hijos de 11 años. El dueño de casa contó que lo sorprendieron asaltantes que llevaban un arma cromada con silenciador, una ametralladora y linternas.

Lo amenazaron con llevarse a uno de los chicos si no entregaba dinero. Con el grupo familiar atado de pies y manos con los cordones de sus zapatillas, reunieron unos 4 mil pesos, joyas, relojes y celulares.

Luego, mientras una parte de la banda permanecía ahí, el resto se trasladó unos 400 metros hasta el lote 224 y procedió de idéntico modo. El dueño de casa contó que se despertó al sentir que abrían la puerta y vio a cuatro encapuchados. Los ataron y les quitaron unos 10 mil pesos, 2 mil dólares, relojes y celulares.

Hoja de ruta. Al mediodía siguiente la PDI llegó hasta donde descansaban los tres acusados. Guiados por escuchas previas buscaban a Paulazzo, quien el 16 de junio se fugó con otros siete presos de la seccional 24ª tras limar con una sierra una doble reja del techo de un patio y realizar un boquete.

Paulazzo estaba allí por el robo del 25 de marzo pasado a la joyería MG, de Maipú 1062, donde boqueteros entraron por un hueco realizado en un baño y esperaron la llegada de la dueña, Zulma P., a quien redujeron junto con un empleado. Luego huyeron en un VW blanco.

Delatados por las cámaras de vigilancia, seis hombres fueron atrapados y quedaron detenidos sin plazos. La fiscal González logró ayer que a Paulazzo ahora le dicten preventiva sin término en la nueva causa por evasión, que se anexó a la anterior.

"Si me evadí fue porque no estaba bien en ese lugar. Los otros internos me maltrataban, me sacaban la ropa, pedían que mi familia les baje droga. A mi mujer embarazada de siete meses la hicieron tener pérdidas en los controles. Se pusieron a cortar rejas y nos tenían apretados a todos. Sinceramente, no quería evadirme. Pero adentro quedó gente que me verdugueaba. Ellos se fueron a las ocho de la noche. Yo me decidí a salir a las tres de la mañana", declaró Paulazzo, que ahora fue conducido a la Unidad 3 de Riccheri y Zeballos.

En 2003 Paulazzo fue condenado a 10 años por el homicidio del comerciante Humberto Folch, ocurrido en 1999, y en 2008 se le sumó otra pena a tres años por la que fue declarado reincidente.

"Mentalizate". Tras la fuga de la comisaría el teléfono de Paulazzo fue intervenido. Así se captó una conversación con un hombre llamado Adrián y apodado "Gordo", que en la interpretación de los fiscales da pistas sobre la preparación del golpe a Funes Hills.

"Mentalizate para el miércoles" le dice tres veces el Gordo a Paulazzo, y agrega: "Ya van a bajar los pibes de allá y van a ir al mismo lugar". Su interlocutor pregunta dónde está la casa y Adrián responde: "Ya fueron el otro día. Quedate tranquilo que ya bajan los culiados, ahí todo legal". El defensor de Paulazzo, José Nanni, discrepó con la interpretación de esa charla: "Se habla del miércoles y el robo fue un viernes", remarcó.

Lo cierto es que el sábado, con una orden de allanamiento del juez Carlos Leiva, efectivos de la PDI llegaron al departamento de primer piso de Moreno 37 donde se refugiaba Paulazzo e incautaron 2.108 pesos, 700 dólares, dos ganzúas atadas con una banda elástica y el celular Samsung blanco robado en el lote 218, reconocido por su dueño y con sus fotos aún en el aparato.

Versiones. Los tres quisieron declarar para brindar sus coartadas. Los cordobeses dijeron que estaban paseando en Rosario, camino a Buenos Aires donde iban a hacer un curso el lunes, y que subalquilaban la casa de Paulazzo para abaratar costos. El fugitivo de las 24ª dijo lo mismo. Los tres señalaron que la policía les armó la causa por negarse a pagar 50 mil pesos.

Bien plantados en sus versiones, sin embargo titubearon a la hora de responder al fiscal preguntas básicas como sus números de celular o el lugar donde se alojarían en Buenos Aires.

“Quiero decir que yo trabajo, no ando en nada raro”, arrancó Romero, el único de los tres sin antecedentes. Contó que es contratista de obra, que trabaja en negro y se especializa en colocar revestimientos. Dijo que el lunes iría a un curso, sin inscripción previa, en la sede de la firma Molinos Tarquini en Buenos Aires. Iba acompañado por Romero. Previamente pasaron por Rosario para ver el clásico, para el que admitió no tener entradas.

Romero agregó que llegó al departamento de Paulazzo a través de una amiga de Facebook que le ofreció alquilar por 200 pesos al día cada uno. Dijo que los policías lo extorsionaron: “Muchachos, pongan 50 mil pesos o les metemos un hecho. Tengo un rollo para ponerles”.

A su turno Bustos, con condena previa a 3 años por un robo en Oncativo en el que fue herido por la policía, agregó que al llegar al departamento se acostaron en colchones en el living y acordaron con Paulazzo que más tarde éste les tiraría las llaves al balcón, pero al mediodía los sorprendieron unos 30 policías. “Llévenme a reconocimiento porque tengo la conciencia tranquila. Busquen huellas, saquen fotos. No tengo nada que ver. La policía puede haber armado todo”, se defendió.

“Yo subalquilaba el departamento porque al estar prófugo no tengo ingresos de dinero”, dijo por último Paulazzo, quien contó que se fue a vivir allí tras la fuga, gracias a un préstamo de una tía. También habló de un “apriete” policial: “Me decían «te robaste todo Paulazzo». Me acusaban del robo a un banco de Roldán, del robo de CD’s. Si era por ellos lo maté a Nisman”.

Perejiles. Tanto Nanni como el defensor de Bustos y Romero, Marcelo Argenti, plantearon que no hay pruebas de la participación en el robo ni del vínculo entre los detenidos. “Estamos frente a tres perejiles. Es muy débil la evidencia”, cuestionaron.