Lunes, 23 de Septiembre 2024
Lunes, 30 de Septiembre del 2013

“Se utiliza el fenómeno Ovni como pantalla”

Luis Reynoso es un ferviente estudioso del fenómeno OVNI. Con más de 80 investigaciones de campo, derriba mitos acerca de abducciones, mutilaciones de ganado y avistamientos de naves espaciales. 

El programa de radio especializado en Ovnis que Luis Reynoso escuchaba cuando era apenas un niño lo marcó para siempre. Desde aquella edad empezó estudiar ese fenómeno misterioso mientras se fascinaba con la posibilidad de encontrar vida extraterrestre. "Estudiar esto te lleva a estudiar arqueología, historia de las civilizaciones antiguas, grupos esotéricos…", dice hoy, más de 40 años después, con al menos 80 investigaciones de campo sobre el lomo y un catálogo con 144 tipos diferentes de Ovnis guardado en algún lugar de su atípica casa de calle Sarmiento.

A los 14, anoticiado de que en la localidad de La Criolla, al norte provincial, se había registrado un suceso extraño, escapó de su casa para realizar su primer trabajo de campo. Según decía el diario, un hombre había visto cómo su cabaña se llenaba de luz, había salido al patio para ver qué pasaba, para encontrarse con una extraña nave luminosa a la que intentó repeler a tiros de escopeta.

Luego de cantidad de viajes a esos lugares que aparecen siempre en Discovery Chanel (Isla de Pascua, Nazca, entre otros) e investigaciones de campo, Reynoso esboza una explicación que se aleja años luz de las fantasías que se hacía de niño: "Esas cosas son de acá, no hay una intervención extraterrestre, es producto de la propia cultura, del conocimiento que esas civilizaciones tenían. En Isla de Pascua los Moais son producto de los pascuenses", dice.

El título de su último libro, Nuevo orden mundial, globalización y fenómeno Ovni, invita a hacerse una pregunta en forma automática: ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

Reynoso lo explica: "Se utiliza el fenómeno Ovni como pantalla. En Estados Unidos el 5 % de la población fue abducida. Supuestamente estos seres extraterrestres abducen a las personas, les incorporan un implante o un microchip, y ahí empieza una especie de monitoreo. En base a las investigaciones que hemos realizado, para nosotros está relacionado con el control mental de la población, no tiene nada que ver lo extraterrestre. Tiene que ver con los poderes reales que manejan a Estados Unidos y su intento de instalar el Nuevo Orden Mundial".

Sobre otro caso que ha generado pánico en poblados de todo el mundo, las mutilaciones de ganado, Reynoso dice: "Empiezan en Texas en la década del 60 y después se va extendiendo, llega a Canadá, a Brasil, a todo el mundo. Le echan la culpa a los extraterrestres. En base a investigaciones y a información que tenemos podemos decir que eso está relacionado con la guerra bacteriológica, chupan a las vacas, les extraen los órganos genitales para experimentar y luego las tiran. Por eso se han encontrado vacas arriba de árboles", agrega.

"Nosotros planteamos que durante los años 2001 y 2002 Argentina se había convertido en área de experimentación, porque de 1.500 mutilaciones que hubo, en 500 casos la gente ve Ovnis luminosos triangulares. Todo OVNI triangular son aviones prototipos", dice, y aumenta la intriga.

Reynoso, junto con su grupo EDOVNI (Estudios de los Ovnis), se reconoce un estudioso del tema, y se diferencia de los que "cayeron en una secta platillista", aquellos que hacen de la existencia de extraterrestres casi una cuestión de fe.

"El 90 % de los casos que se promocionan son mentira, gente que inventó -dice-. El 10 % sucedió de verdad, y de ese porcentaje sólo el 3 % de los casos carecen de explicación racional y los podemos atribuir a una civilización paralela que comparte el planeta tierra".

Algunos sitios específicos son muy buscados por su hipotética probabilidad de avistajes de Ovnis. Sin embargo, Reynoso dice que todo lo que tenga que ver con encuentros programados es una gran farsa. "El Uritorco, por ejemplo, eso es turístico, no es serio. Inventan las huellas...", cuenta, mientras espera que llegue noviembre para llegarse hasta la Patagonia para investigar un objeto caído en la zona.