Una ciudad cada vez más grande que no pierde su alma de pueblo
La ciudad celebra su aniversario número 145. El contexto que se vive en mundo desde marzo ha obligado a cambiar muchos usos y costumbres que caracterizaban desde hace años a Funes.
Los inicios, allá por el 1875, se conocen: José Ávila adquirió en un remate las tierras, tras su fallecimiento son heredadas por su hija Modesta, casada con Tomás de la Torre, quien en 1874 realizó las gestiones para fundar el pueblo, conocido originariamente como San José y también como Loma de Ávila, hasta que el 20 de agosto de 1875 se concreta oficialmente la fundación del pueblo.
En 1888, Pedro Lino Funes, médico y político, compró gran parte de las tierras donde se hallaba emplazada la localidad a Tomás de la Torre e impulsó el cambio de nombre, que se concretó en 1893, cuando pueblo y estación pasaron a llamarse Funes.
El primer jefe de estación fue el Sr. Juan Murray, quien desempeñó el cargo hasta el año 1914 y por quien recibe el nombre el Museo Ferroviario. El pueblo creció alrededor de la estación: almacén de ramos generales, bar, estafeta postal, escuela, sociedad de fomento; con el correr de los años la población fue desarrollándose sin alejarse de la idea central que tuvieron sus fundadores, un auténtico "pueblo de recreo"
Desde entonces, todo fue en subida. Tanto así que, en las últimas dos décadas, Funes ha aparecido a nivel nacional como la ciudad del país que más crecimiento sostenido ha presentado.
En el censo del 2001, el Jardín contaba con un poco más de 14 mil habitantes, en el 2010 fueron 24 mil, en 2017 hubo más de 32 mil funenses conviviendo de manera estable y actualmente se estima que la cifra alcanzó los 47 mil, número que se había proyectado, recién, para 2025.
Un repaso rapidito:
- A finales de los ´90 y principios del 2000 se desarrolló el club de campo de Kentucky. Novedoso en cuanto a modelo inmobiliario en la región, que significó el inicio de un proceso que redefinió a la ciudad. Luego llegaron otros cinco barrios cerrados más, un total aproximado de 3600 viviendas.
-Desde 2013/2015 en adelante, el plan Procrear tuvo mucho que ver con otro gran cambio en la fisionomía de la ciudad, ya que incrementó la demanda de lotes para poder acceder al crédito y nuevos vecinos poblaron intensamente barrios abiertos como Funes City, Funes Norte o Funes Town.
Todos los agostos, en el marco de un nuevo aniversario de su fundación, en la ciudad se sacan a relucir grandes cuestiones, que tienen que ver con la lucha sobre cómo entienden el progreso de la ciudad los diferentes actores sociales que conviven en Funes: AEF (Asociación Empresarios de Funes), ACIF (Asociación de Comerciantes de Funes), los partidos políticos, PRO, PJ, Unidad Popular, Frente Progresista, las vecinales.
Los principales ejes que ocupan las mesas de debate, son los vinculados a obras, servicios e infraestructura, salud, educación, etc. Temas que siempre han sido una deuda porque desde el Estado han reaccionado una y otra vez, tarde. En vez de planificar el crecimiento, reacciona durante el crecimiento. Prueba de eso: el Plan Urbano vigente, que data de 1985.
En cuanto a la ciudadanía en general siempre ha regido esta cosa del “nativo” y del “nuevo vecino”, o se ha criticado la falta de un rol responsable y activo en las cuestiones comunes a la ciudad. Más de una vez se ha catalogado a los vecinos como quiénes “desean integrarse a la vida social de la ciudad” y quiénes “la eligen sólo como ciudad dormitorio y continúan realizando todas sus actividades en Rosario”.
Y es aquí, luego de todo este recorrido, que nos queremos detener. En este nuevo aniversario de Funes, la atmósfera entre los vecinos es otra y merece la pena ser destacada. Un recorrido por las noticias con mayor interacción, las más leídas y compartidas desde que comenzó el aislamiento obligatorio tienen un perfil claro: las causas sociales.
La dinámica cambió, a la fuerza, pero cambió. Y el vecino supo estar a la altura sin desvanecerse en el intento. Quien tenía una vida social activa en Rosario, desde marzo comenzó a consumir más en los comercios de la ciudad. Desde compras en locales físicos o de venta por internet, hasta cursos y talleres online que dictaban profesionales de Funes.
Muchas personas que perdieron sus trabajos o se vieron imposibilitados de continuar lo que hacían hasta marzo, crearon alternativas laborales de todo tipo, tamaño y colores: productos alimenticios caseros – la comida nunca falla-, venta de productos de limpieza, verdulerías, viveros, manualidades, y decenas de cosas más. Y allí estaba el vecino para colaborar.
Pero no sólo eso, estos meses, cada causa noble fue aplaudida, respaldada y acompañada por los funenses: merenderos, ollas populares, galletas para colaborar con perros enfermos, caña con ruda para las ONG, búsquedas laborales, colectas de ropa, donaciones para realizar máscaras para personal esencial, y la lista se vuelve interminable. Sólo teniendo en cuenta los últimos cinco meses.
Funes tiene eso, es una ciudad. Una ciudad de 47.000 habitantes, de los cuales la mayoría ama la ciudad, tiene un enamoramiento, un sentido de la solidaridad y empatía hacia sus causas sociales o comunes que son más bien dignas o vistas en un pueblo.
Cada persona con la que InfoFunes colaboró difundiendo su causa, o aquellas que han realizado un pedido en los grupos populares de Facebook, coinciden en las masivas respuestas y “desmesuradas muestras de apoyo, cariño y solidaridad” que el resto de la población, sin ni siquiera conocerlos les brinda.
Entonces ese enamoramiento tiene su razón de ser, justamente, en eso que Funes ofrece, algo que ninguna otra ciudad ofrece, el poder vivir en una ciudad hermosa, que, si bien tiene sus problemáticas y carencias a nivel estructural o administrativo, te permite convivir con vecinos que, te conozcan o no, no dudan en apropiarse de causas y luchas nobles y sinceras.
El aniversario número 145 de la ciudad encuentra a Funes y sus vecinos con más alma de pueblo que nunca.
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