Se reglamentó por fin la Ley de Talles en Argentina: ¿Qué pasa en Funes?
Esta ley, le daría el derecho al consumidor de comprar la ropa o calzado que quiera, desarticulando los cánones de belleza y el famoso “talle único” que se impone hoy en día. ¿Cuál es la experiencia en Funes?
Si bien en los últimos años los estereotipos de moda y los estándares de belleza fueron cambiando, lo cierto es que hay muchos grupos de personas que quedan excluidos tanto de la ropa como del calzado que se consigue en el mercado.
La Ley de Talles establece un sistema único normalizado de identificación de talles de indumentaria en todo el país. El "Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI)", Ley 27.521 rige para quienes comercializan vestimenta nacional o importada, de manera presencial o por medios electrónicos.
El proyecto de ley fue impulsado por AnyBody Argentina, la ONG que lucha para combatir la epidemia del odio corporal, y que, en una encuesta realizada recientemente, reveló que el 69,5 % de las personas de entre 11 y 88 años no encuentran ropa, ni calzado de su talle.
Dos cosas para destacar de la ley: 1- En caso de que los comercios, fabricantes e importadores no cumplan con la ley una vez dispuesta, se aplicarán multas y 2 - como incentivo se le otorgara a las PyMES créditos con tasa bonificada específicamente para el cumplimento de las obligaciones de la ley, lo que –se espera- fomente a los diseñadores locales por sobre las grandes marcas.
El pasado 10 de junio, el Poder Ejecutivo determinó que "será considerado acto discriminatorio cualquier práctica abusiva, vejatoria o estigmatizante referida al aspecto físico, género, orientación sexual, identidad de género u otra característica de las consumidoras y los consumidores".
El documento señala que, "la falta de la estandarización en el sistema de identificación de talles de indumentaria es una problemática que tiene repercusión no solo en los distintos sectores dedicados a la fabricación, confección, comercialización e importación de estos productos sino, fundamentalmente, afecta el interés de las consumidoras y los consumidores".
¿Cómo seguiría el asunto? En primera instancia, se creará un sistema nacional de talles uniforme para todo el país, con un mínimo de 8 talles por prenda, que serán resultado de un “estudio antropométrico” que el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que está realizando.
Lo que es básicamente un “censo corporal” para buscar las medidas más reales posibles, a través de un escáner 3D. Así, la indumentaria comercializada por distintos proveedores deberá respetar de manera homogénea el sistema de talles con las mismas medidas, lo que nos permitirá tener una referencia de nuestro talle para las prendas que adquiera de cualquier marca y comercio. Atrás quedarán esos odiosos momentos en donde el mismo modelo y talle de jean en una marca no te sube y en la otra te queda bien.
La experiencia en Funes:
Ronda siempre sobre la ciudad esta idea de que Funes y claro, los funenses, responden a los más altos estándares socioeconómicos y de belleza establecidos. Quienes vivimos acá entendemos que no es (tan) así y que es un estereotipo que tienen las ciudades vecinas.
El hecho es que, en esa línea, puede resultar difícil para quien quiere comprar indumentaria o calzado en talles grandes o pequeños adquirirlo en la ciudad. Y si consiguen, quizás no hay una oferta amplia que les permita elegir algo que realmente prefieran.
En una encuesta realizada en el Instagram del diario (@infofunes) en donde participaron unas dos mil personas, el 90% aseguró haberse querido comprar algo que sólo venía en talle único y no haber podido.
Un porcentaje mucho menor, el 58% aseguró que le cuesta conseguir ropa. Y un 80% votó negativamente cuando la consulta fue si los locales de la ciudad tienen mercadería para todos los cuerpos. Mismo porcentaje que afirmó que la ropa que viene o se consigue en “talles especiales” no es la que le gustaría usar.
Invitados a opinar sobre el tema, un comentario que se repitió fue que no existe calzado para quienes tienen una talla superior a 45 siendo hombres, ni superior a 40 en el caso de las mujeres.
En primera persona:
Paula y su hija Belén tienen acondroplasia, o también dicho “personas de talla baja”. “Talles para nosotras no existen. Empecemos por ahí. Nosotras tenemos que comprar talles para talla normal y luego mandarlo a arreglar a nuestro tamaño” cuenta Paula.
“Después el tema de talles únicos sí, rompe un poco. Porque no todos somos iguales. Ni de torso ni de cadera. Entonces siempre vamos a lugares donde si venden de todos los talles. Aunque igual tenemos que mandarlo a achicar”.
“Me ha pasado que me han dicho “talle único” y miro a la empleada y le digo ¿único para quién?” relata. Aunque también asegura que ellas compran toda su ropa y calzado en Funes porque sí hay y varios lugares que manejan variedad de talles y modelos.
“El calzado también es un tema, nosotras calzamos Belu 32, 33 y yo 35 36 y cuesta conseguir modelos de adolescentes o adultos. No tienen la culpa los locales. No fabrican, que es diferente”, reflexiona.
“Creo que, con la ley de talles, si la implementan y ejecutan esta realidad va a cambiar. Todos tenemos derecho de comprarnos la ropa o el calzado que queramos”, cierra.
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