Radiografía del mercado de alquileres en Funes: entre la demanda sostenida y los contratos atípicos
Algunas casas en alquiler pueden llegar a cotizar hasta medio millón de pesos por mes. Hay pocas, y cuestan mucho.
El mercado de alquileres en Funes tiene reglas propias. A diferencia de otras ciudades del país, la dinámica inmobiliaria local responde a una lógica marcada por el turismo, la migración permanente y la escasez de ciertos tipos de propiedades. Marzo y abril marcan el inicio de una nueva etapa: se dejan atrás los alquileres temporarios del verano y aparecen los contratos fijos de al menos dos años, el mínimo legal vigente.
La demanda de viviendas en Funes no afloja. La ciudad sigue siendo un polo de atracción tanto para quienes buscan una vida más tranquila fuera de la Ciudad de Rosario como para quienes trabajan en la zona y necesitan radicarse. Sin embargo, la oferta no siempre está a la altura de esa demanda. Lo que más se busca -y lo que menos abunda- son las casas pequeñas, con alquileres mensuales de entre 400.000 y 500.000 pesos. También escasean los departamentos chicos, de uno o dos dormitorios o monoambientes, cuyo alquiler ronda los 350.000 a 400.000 pesos, valores que superan a los de Rosario.
"Las zonas más solicitadas son las céntricas o aquellas cercanas a la avenida Illia, donde la conectividad y los nuevos emprendimientos comerciales, supermercados, bares, estaciones de servicio, potenciaron el interés de inquilinos y desarrolladores", afirmó consultado por InfoFunes, Ricardo Sabatini, corredor inmobiliario (matrícula N° 866).
A su vez, el especialista indicó que el panorama se complica aún más con la actualización de los contratos, que desde el decreto 70/2023 del Poder Ejecutivo dejó abiertas varias opciones. Hay contratos que venían con aumentos anuales, ya en extinción, que migran a acuerdos por dos años o con renovaciones más flexibles. También están los contratos regidos por el ICL (Índice de Contrato de Locación), y un breve período en el que se impuso el índice “Casa Propia”, equivalente al 90% del ICL, pero que tuvo escasa implementación. Hoy predomina el uso del IPC (Índice de Precios al Consumidor) con actualizaciones cada tres o cuatro meses, según lo que acuerden propietario e inquilino.
"En el sector comercial, la demanda es igual o más intensa. Faltan locales, especialmente los de grandes dimensiones, y los contratos se rigen por libertad de acuerdo entre partes", señaló Sabatini y añadió: "Algunos acuerdos son curiosos pero efectivos: se pactan alquileres en especie, como litros de nafta para estaciones de servicio o kilos de café para bares. Son pocos casos, pero ilustran la creatividad del mercado frente a la incertidumbre económica. También se multiplican los contratos en dólares, sin cláusulas de actualización, que se mantienen fijos hasta el fin del contrato".
En definitiva, alquilar en Funes es entrar en un mercado con reglas particulares, precios altos y alta demanda. Un esquema donde la escasez de unidades chicas y la multiplicidad de mecanismos de actualización hacen que tanto inquilinos como propietarios deban moverse con atención y asesoramiento.
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