"No intenté irme sin pagar": la otra versión del caso del mecánico y la camioneta
El hombre denunciado por su mecánico relató su versión de los hechos. El caso se define este martes en Tribunales.
Un hombre fue denunciado por su mecánico y la esposa de éste por presuntas amenazas y por retirarse del taller sin pagar un trabajo. La denuncia derivó en su detención en la Comisaría 23° y el caso se resolverá este martes en sede judicial. Sin embargo, InfoFunes accedió a la otra campana del conflicto, que plantea una cadena de errores mecánicos, tiempo perdido y un presupuesto que se incrementó sin previo aviso.
El testimonio y la otra versión del hecho
Según relató el acusado, todo comenzó cuando, por recomendación de un amigo, llevó su camioneta a un taller de Funes por una pérdida de agua. “El mecánico cambió el repuesto que, según él, causaba la pérdida, pero cuando intentó encender la camioneta, no arrancó. En lugar de intentar ponerla en marcha, me llamó y me dijo que debía llevarla a un electricista, porque creía que era una falla eléctrica”, explicó.
El mecánico aseguró que se encargaría del traslado y el seguimiento del trabajo, y derivó la camioneta a un electricista de confianza. Allí detectaron cables sulfatados que impedían que llegara señal a la computadora. Una vez reparado eso, el vehículo arrancó. “Pero el mecánico nunca fue a verificar si su trabajo estaba bien hecho ni realizó el drenaje del sistema de refrigeración, como correspondía”, sostuvo el hombre.
Recibió la camioneta directamente del taller del electricista, pero esa misma noche volvió a romperse: “Se quedó sin agua, se infló una manguera y se sopló la junta de la tapa de cilindros”.
El cliente volvió al taller para contar lo sucedido. “Me dijo que eso ya venía arrastrado, pero no era cierto. Le remarqué que nunca revisó el estado de la camioneta después del trabajo del electricista, y me la entregó sin control alguno. No asumió ninguna responsabilidad”.
Aun así, accedió a que el mecánico hiciera nuevamente el trabajo. Le pidió $470.000, de los cuales entregó $150.000 para la compra de repuestos. “Cuando fui a retirarla, me dijo que el total ahora era de $600.000, es decir, $150.000 más de lo pactado, sin previo aviso ni explicación. Le dije que no tenía ese dinero en ese momento, que necesitaba unos días para trabajar con la camioneta, ya que me dedico a la construcción y es mi herramienta de trabajo. En principio, aceptó”, relató.
Sin embargo, al momento de retirarse, la esposa del mecánico “salió a insultarme, gritándome que era un garca, que no me deje ir, que no les iba a pagar. Me abrió la puerta de la camioneta, hubo un forcejeo y empezamos a discutir. En ese momento vi que la trompa tenía un rayón que antes no estaba. Me enojé más, levanté la voz —reconozco que soy temperamental—, pero en ningún momento los agredí físicamente”.
Según su versión, ante los insultos, fue él mismo quien llamó a la policía. Cuando llegó el patrullero, explicó lo sucedido, pero el mecánico y su esposa se negaban a entregarle la llave. Finalmente, accedieron a ir a la comisaría. “Me subí a la camioneta delante del patrullero, despacio y sin intención de escapar. Sin embargo, más adelante me interceptaron como si fuera un delincuente: me bloquearon el paso, me bajaron del vehículo, me esposaron y me llevaron detenido”.
“Reitero: no intenté irme sin pagar, no los agredí, y tengo pruebas que lo demuestran. Mi único error fue levantar la voz, pero eso no justifica el trato que recibí ni la detención desmedida”, finalizó.
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