La nueva vida de Tulio Adorna: radicado en Amsterdam y dedicado a la actuación
A 20 años de haber asesinado a su padre y a su hermano, y atacar a su madre, su abuela y su hermana, el funense rehízo su vida y recuperó la relación familiar.
Tulio Adorna fue centro de las noticias cuando el sábado 4 de octubre de 2003 suspendió el asado que estaba haciendo para tomar un arma y disparar a la cabeza de su padre, el pecho de su hermano, dándoles la muerte a ambos, e intentar lo mismo con su madre, su hermana y su abuela. Las pericias, entre ellas la autopsia psicológica que se realizó en torno a su difunto padre, advirtieron que además de estar Tulio bajo los efectos de una emoción violenta por el constante maltrato de parte de su padre, pudo no haber comprendido en su momento la criminalidad del acto en sí, y que sólo habría sido consciente de la intención del primer disparo, tal relató su abogado, Jorge Bedouret. Lo concreto es que 20 años más tarde el funense vive a pleno su nueva vida en el exterior, ganándose la vida como actor de contenido adulto y manteniendo una calidad relación con su familia.
"Está bien, tranquilo, trabajando y disfrutando de su nueva vida. Nos hablamos seguido, incluso nos hemos visto las veces que visitó Funes y se reencontró con su familia. Quedó un vínculo muy cercano con su familia, la cual pudo seguir adelante en estos años”, relató el abogado Jorge Bedouret a 20 años del hecho que llevó que los Adorna entraran en su vida.
“Siempre todos estuvieron muy agradecidos por cómo llevé el caso y cómo fue el trato entre las partes, siempre muy atentos conmigo, tanto Tulio como su madre, su hermana y su abuela, incluso Copito (Leandro), el hermano gemelo de Tulio al cual esa noche se dice que tuvo algo así como «defensa del gemelo» y lo echó de la casa antes de comenzar el fatídico episodio”, agregó.
“Esa noche, mientras Tulio estaba preparando todo para comenzar a hacer el asado que nunca se concretó, comenzó a decirle barbaridades a Copito, así de la nada. Le dijo «no te quiero ver más, no te soporto, andate ya, rajá de acá» bastante sacado, a lo cual Copito no entendió, porque estaba todo bien y pronto a cenar juntos, pero le dio miedo la actitud de Tulio y por eso decidió irse. Con el tiempo se decía que al ser gemelos, de alguna manera Tulio resguardó la vida de su hermano”, relató quien incluso fue acusado por “las malas lenguas” de haberse quedado con la casa de los Adorna tras el juicio. “Nunca pensé que se iba a poder hablar tan al cuete sobre el caso, pero bueno, enfrento y enfrenté los rumores, no me quedé con su casa ni nada”, dijo.
En tanto, si bien Tulio nunca llegó a estar preso en una cárcel común, sino detenido y tratado en centros psiquiátricos, “con el tiempo fue ganando libertad”, sostuvo Bedouret, quien junto al joven escuchó en 2008 cómo se lo declaró inimputable (sentencia ya recibida en 2006) en el marco de la causa por el doble homicidio de su padre y de su hermano y se realizó el posterior cierre del caso.
“Ahora disfruta de su vida en Amsterdam, Copito en Barcelona, su hermana en pareja y con un hijito y su madre y abuela siguen siendo los pilares de esta familia que pudo fortalecer el lazo”, concluyó.
“Toda su vida fue un martirio”
Bedouret sostuvo por años que la vida de Tulio había sido “un martirio” debido al maltrato recibido por su padre. Por eso, a pesar de las apelaciones que hubo en el medio, se sostuvo el dictamen del juez de Menores Leandro Artigas, que entendió que el muchacho, que en el momento del crimen tenía 17 años, actuó bajo emoción violenta y no podía comprender lo que hacía.
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