La EPE de Funes: una estructura raquítica que no da abasto con el crecimiento
En los últimos días los cortes dejaron a muchos hasta con trece horas sin servicio, fuentes cercanas a la empresa aseguran que también les falta personal.
La gran preocupación de las y los vecinos de Funes es el verano que muchos anunciaron: uno muy seco con temperaturas más elevadas y permanentes que el anterior. Es así que, teniendo en cuenta la cantidad de familias que pueden venir a la ciudad en el verano (unas diez mil, tal aseguraron desde AEF), la demanda del servicio va a ser muchísimo mayor y se teme por la magra respuesta que pueda tener la Empresa Provincial de la Energía en la ciudad.
El domingo pasado parte de la ciudad quedó sin luz por unos 45 minutos durante el mediodía, pero en la misma zona otros vecinos quedaron sin servicio desde las 22 hasta pasadas las 11 del lunes, reclamos de por medio, motivo por el cual algunos comercios no pudieron abrir.
A su vez, todo parecía transitar con normalidad hasta que este miércoles por la tarde gran zona de la ciudad volvió a quedar sin servicio por un par de horas.
Trabajadores de la empresa habían señalado a vecinos de Funes hace unos días que luego de las 21 ya no hay guardias, por ende hay que esperar a la mañana siguiente si hay algún desperfecto, incluso aseguraron que la cantidad de operarios en la actualidad no corresponde con el crecimiento que tuvo la ciudad. Entre administrativos y operarios la EPE en Funes cuenta con un total de 18 empleados, para una ciudad de casi 40 mil habitantes, cuando en 1981 contaba con 13 trabajadores.
Un dato no menor es que la ciudad pasó de 23.520 habitantes en el censo de 2010 a 38.274 en el de 2022, y en la actualidad la Municipalidad de Funes asegura que hay unos 45 mil habitantes estables, cifra que se duplica y hasta triplica los fines de semana.
Si bien desde la empresa habían asegurado a InfoFunes hace unas semanas que se estaba trabajando en la reparación de las centrales, sobre todo la quita de carga a las del Aeropuerto, llevando varias líneas a Roldán, lo concreto es que los cortes se siguen padeciendo y los días de alta demanda aún no han llegado.
Por lo pronto, habrá que estockearse de velas, si se puede de las aromáticas, para iluminar en caso de un nuevo corte y, de paso, para llevar calma con una fragancia de efecto relajante, en el cierre de un año que viene con más cortocircuitos que nunca.
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