Es de Funes y a su profesión de nutricionista le suma una personalizada atención en su dietética
Además de las consultas que recibe de sus pacientes, Joana Cantarutti explica en cada venta los beneficios de sus productos. Y cómo cocinarlos.

De chica Joana Cantarutti veía cómo su madre, tías y abuela lidiaban contra el sobrepeso. “Que rollitos de acá”, que “se viene tal fecha y no podemos estar así”, que hay que probar con "la dieta de la Luna”, o cualquiera que prometa resultados mágicos que nunca llegaban. Desde allí surgió su interés por mejorar la calidad de vida y tantas preguntas le hicieron sobre la alimentación y cómo reemplazar productos por otros en su consultorio como nutricionista que hace un año lleva adelante junto a Sebastián Blas, su esposo, la dietética Habitum, tienda natural (@habitum.tiendanatural). En medio de los festejos por el primer aniversario del local, instalado en Esteban De Luca 931 A, y cursando el octavo mes de embarazo de su primer hijo, Joana dialogó con InfoFunes y sostuvo que “para mejorar la calidad de vida hay que estar decididos y abiertos a cosas nuevas, y tener paciencia, porque es imposible cambiar de un día al otro, esa autoexigencia puede hacer que el resultado nunca llegue y terminemos con un estrés importante".
El alimento de cada día
Desde adolescente, ya con miras a una profesión a seguir, Joana Cantarutti tenía bien en claro que tenía que relacionarse a la salud y Nutrición fue su gran elección. “Siempre me interesó saber cómo mejorar la calidad de vida, y qué mejor que a través de las comidas, que es con lo que uno se encuentra todos los días”, confió.
Así fue que, dentro de su consultorio y ante las propuestas que fue ofreciéndole a sus pacientes para poder mejorar su alimentación y así lograr el objetivo, sea ganar o perder peso, o bien sentirse con mayor energía, muchos les consultaron con qué productos hacer esos cambios y dónde conseguirlos. De allí surgió la idea de emprender con la dietética.
“Uno viene acostumbrado a determinadas preparaciones, clásicas, con elementos clásicos como el harina de trigo, aceite y demás. Incluso las legumbres aún se consideran sólo aptas para comer en platos elaborados o calóricos como guisos, cuando en realidad son súper saludables y pueden estar en un montón de recetas. Es cuestión de conocer cosas nuevas y animarse a prepararlas”, explicó.
Y agregó: “Incluso muchos piensan que todo lo que vende una dietética es saludable, y no es así. Pero como comerciante, y por que la gente las pide, se traen y se venden, como las almohaditas de cereal, los aritos frutales esos de muchos colores, tiene mucha azúcar algo que es necesario quitar, o reducir bastante en una alimentación que se espera sea saludable”.
Sobre los inicios del local, recordó que comenzaron “a puro pulmón, con poco mobiliario y poca cantidad de productos, variados pero pocos”, hasta que con el tiempo fue necesario adquirir un par de estanterías para poner a la vista la gran variedad que ofrecen en la actualidad. Entre estas están las opciones más conocidas, como cereales, legumbres, distintos tipos de harinas y leches, hasta barritas de cereal listas para una buena merienda. “Tenemos con azúcar, más tradicionales, y otras que son endulzadas con dátiles, y esas si son muy recomendables”, resaltó.
A su vez, sugirió que “para comenzar con un cambio de alimentación, es necesario incorporar más frutas y verduras, reducir el consumo de carne y los hidratos, pero no quitarlos del todo. Claro que hay que ver cada caso y su objetivo”. Y agregó: “Muchos lo tienen como algo inalcanzable por el precio o por desconocimiento, pero es muy bueno incorporar cereales, semillas o frutos secos al desayuno, a la merienda. Hoy vienen niños a comprar frutos secos para su merienda y me alegra que vayan incorporando ese hábito. No hablo de comerse una compotera llena, eso ya hace mal y tiene muchas calorías, pero sí un puñadito que acompañe un yogurt natural, alguna tostada de pan integral, todo ayuda a comer mejor”.
Para acompañar esta sugerencia Joana suele postear recetas fáciles en sus redes sociales, preparaciones que ya probó con éxito. “A mí también me ha dado algo de miedo aprender a cocinar con otros productos, pero, como en la vida, todo es prueba y error. Eso si, todas las recetas que subo ya las probé y salieron bien”, mencionó.
Precio, calidad y sustitutos
En cuanto a precios, Joana reconoció que las leches vegetales y las harinas más saludables son más caras, pero remarcó que “es necesario ir probando de a poco”.
“Las leches vienen de medio litro, así las probas y vas viendo cuál te gusta más –detalló-. Muchos sostienen que la leche vacuna les inflama, entonces les recomiendo que prueben de las otras, o bien tomen yogurt natural, así no dejan de incorporar lácteos que son tan necesarios. Lo mismo con las harinas. Por ejemplo, la de almendras es muy cara, pero hay de maní que es muy rica y más económica y también se puede incorporar más legumbres a las comidas, hay recetas de pancitos con arvejas, lentejas o garbanzo muy ricas. Ahora bien, si queremos sacar un poco el azúcar de nuestra alimentación, se puede usar miel o bien procesando frutas deshidratadas, que al no tener agua, su azúcar natural está concentrada y pueden aportar la cuota dulce a alguna preparación”.
Y resaltó “hacerlo de a poco”: “Hoy muchos estamos a las corridas con las exigencias, los horarios, el cansancio. Pero que de siete desayunos y meriendas de la semana ya tengas dos o tres más saludables, es un paso importante. Todo tiene que ver con las ganas, las ideas y el conocimiento. Y si nos podemos organizar y alguna tarde preparar recetas saludables que nos acompañen en los próximos días, mucho mejor”.
Y concluyó: “El público de Funes es de querer cuidarse, tal vez gastar un poquito más pero saber que esta consumiendo algo bueno, se fijan mucho en la calidad. Incluso las escuelas están trabajando con meriendas saludables y todo ello contribuye no a una moda, sino a un estilo de vida mejor”.
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