Es bombero, entrenó a sus perros como rescatistas y uno alcanzó estándares internacionales
Guillermo, Yako y África integran el cuartel de Funes. Convirtió un hobbie en la posibilidad de salvar vidas para toda una región.
Hace pocos días Yako, uno de los perros rescatistas de los bomberos de Funes, fue certificado internacionalmente como el primer perro santafesino en dar cuenta de su capacidad de rescatar personas con vida en grandes áreas y en estructuras colapsadas. El pastor belga tiene tan sólo 14 meses y desde sus 60 días es entrenado por Guillermo Milikinsky, un bombero voluntario que en pandemia decidió comenzar a entrenar a su propia mascota, África, y hoy es el jefe de la Brigada canina K9 a nivel regional, e integrante del binomio que conforma con cada uno de sus perros es la tan importante tarea.
La K9 es como se llama a las Brigadas de perros rescatistas se reconformó desde entonces como una de las brigadas que en la región la lidera Guillermo y que ya cuenta con cuatro “binomios”, como se conoce al dúo de perro y bombero que actúan juntos en situaciones donde sea imperioso encontrar a una persona. Yako y África son dos expertos, y eso fue resultado de la iniciativa de su dueño y entrenador, que en pandemia cultivó la curiosidad por el adiestramiento animal con el objetivo de convertir a sus propias mascotas, como él, en integrantes del cuartel de Bomberos voluntarios de Funes.
“El hecho de ser bombero requiere tiempo, pertenecer a una Brigada mucho más y entrenar un perro más aún”, cuenta sobre el tiempo que le dedica a sus perros. Yako y África viven con Guillermo y su familia en San Sebastián. Son perros domésticos, como las mascotas de cualquier familiar conviven con la familia como un integrante más, son consentidos como cualquier otra mascota, la diferencia es que tienen habilidades muy por encima del promedio de cualquier mascota.
Guillermo comenzó a entrenar a su perra África por simple curiosidad, en plena pandemia cuando otros hacían panes de masa madre. Con muchos años de bombero voluntario, pero recién incorporado al cuartel de Funes, Guillermo propuso a su perra ante la responsable de la Brigada K9 de la provincia y con el ok de sus condiciones comenzaron las prácticas. El año pasado se sumó a la familia Yako, un pastor belga que le regaló un bombero de Pujato criador de esta raza, con el objetivo específico de que se convierta en un perro de rescate.
“Entrenamos a nuestros perros para ponerlos al servicio de la comunidad”, explica Guillermo qué es lo que lo motivó a ponerse él mismo al frente de tan inmensa tarea. Hace años que es bombero, ahora también se puso al frente de la Brigada K9 local y es jefe de la sección a nivel regional. El y sus perros están dispuestos a dar la vida por otro, a superarse para servir a otros, y en entrenar, entrenar y entrenar para dar lo mejor para otros.
“Los perros tienen capacidades muy superiores a los humanos, con 5 o 6 mil veces mayor olfato, con mucha más resistencia y una agudeza visual muy superior, y además entran en lugares que un humano no cabe”, enumera las habilidades de los integrantes de una brigada canina.
“El entrenamiento no hace más que resaltar y reforzar los instintos del animal que en definitiva es su instinto predatorio. Esto se hace con el objetivo de buscar algo, que pueden ser drogas, o dólares como los perros del Afip, o explosivos, etc. Yako en este caso está entrenado para buscar personas vivas y a futuro va a ser entrenado también para búsqueda de restos humanos”, cuenta Guillermo, que destina muchas horas de sus semanas a las tareas en el Cuartel de Funes, y se divide entre su trabajo en una empresa de ingeniaría y su familia, con dos hijos adolescentes. Yako y África integran esa familia, viven con él, son mimados por ellos y quienes los visitan.
Con Yako lograron un objetivo impensado hasta hace poco y que los hace ir por más. Fueron dos meses entrenando todos los días con el objetivo de obtener las certificaciones internacionales que se rindieron a principios de mes en Bariloche. El entrenamiento y la disposición fue total: con calor, con lluvia, tormenta, no hubo día que no se haya entrenado. De lunes a viernes al menos 40 minutos al día, y sábados y domingos durante les dedicaban 12 horas al día a cada práctica, durante dos meses.
“Fue un esfuerzo de todos, principalmente de Yako, del binomio y de todo el cuartel, de toda la gente que apoya y acompaña. En cada entrenamiento hubo gente colaborando, hasta para esconderse y entrenar las búsquedas, ni hablar de ir, el apoyo, es muy importante el logro”, destaca y agrega: “Yako tiene muchas condiciones, es el primer perro de la provincia en lograr esta certificación y con tan solo un poco más de un año. Los perros de búsqueda llegan a su madurez máxima recién a los 3 o 4 años”.
En Funes quienes lo conocen saben que además es un perro más, mimado y consentido como corresponde. Yako, el pastor belga malinois, conocido como la raza de perro “más inteligente del mundo”, es un orgullo de la ciudad y está “haciendo carrera” entre los bomberos de la región para trabajar a disposición de la comunidad. En octubre rendirá la certificación de empadronamiento en el Ministerio de Seguridad de la nación y sigue sumando entrenamientos de rescate y búsqueda de personas. Todo por iniciativa de un bombero voluntario al que también se le ocurrió poner a disposición de la comunidad a sus propias mascotas.
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