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Domingo, 09 de Julio del 2023

Como pez en el agua: Darío Kaden, el funense que unió dos continentes buceando

El empresario se sumergió en la grieta de Silfra, Islandia, que une Europa y América y encontró en este deporte una nueva vida y un nuevo mundo por explorar

La historia de Darío Kaden es digna de un documental de Nat Geo. Es que el funense de 55 años, que jugó desde los 5 a los 38 años al rugby en Universitario, vio que su cuerpo no podía desempeñar otros deportes típicos de “los mayores de 40”, debido a tantas lesiones recibidas tras perseguir a la guinda y junto a su esposa decidió sumergirse en el buceo. Profesor mediante y en la pileta de su casa durante todo un verano ambos lograron aprender de esta actividad y comenzaron los viajes necesarios para obtener las certificaciones correspondientes y así emprender nuevos desafíos. El mayor de todos fue poder sumergirse en la grieta del lago Pingvallavatn, una falla arquitectónica que une el continente Europeo con el Americano, en mayo pasado. 

Según relató Kaden a InfoFunes, nadar en dicha grieta requiere de una capacitación física importante. “Islandia es de por sí un país muy agreste, una naturaleza hostil, fui una semana de mucha lluvia y viento, con temperaturas de 4 o 5 grados, pero en el agua (de deshielo) tenes una tranquilidad y una paz y visibilidad de mas de 100 metros que son soñados. Es increíbles y súper icónico estar buceando en una grieta que une dos continentes”, señaló quien pudo tocar con su puño derecho el continente europeo y con el izquierdo el americano.

La falla de Silfra, en Islandia, está situada entre las placas tectónicas norteamericana y euroasiática, en la encrucijada de dos continentes, y figura entre los 10 mejores lugares del mundo para bucear. Se caracteriza por sus aguas heladas y cristalinas, que proceden del deshielo del glaciar Langjökull; y por su increíble visibilidad, que posibilita llegar hasta las profundidades de esta maravilla geológica.

“Desde que conocí la existencia de este lugar me capacité y me fui preparando físicamente para ir superando las distintas instancias de permiso. Para ello hay que cargar equipos durante un kilómetro, volver con ese equipo, es buceo con traje seco, y tener el alta médica correspondiente. He viajado mucho toda mi vida, pero esta experiencia no tiene comparativos”, dijo emocionado quien también se ha pasado un mes, como voluntario, en una isla de Australia, aprendiendo a cazar peces leones, una plaga que está arrasando con arrecifes de corales y animales acuáticos de la zona. 

Dueño de una empresa de nutrición animal, que fundó junto a su hermano, Darío Kaden también se dedica a inversiones inmobiliarias, por lo cual dispone del tiempo y recursos para poder viajar. “Jugué al rugby toda mi vida y arrastro lesiones que no me permiten hacer deportes habituales para mi edad, como el tenis o fútbol. Y con el golf no me llevo bien, me parece muy sedentario, necesito más actividad”, remarcó y agregó confiado: “Desde que buceo, hace 7 u 8 años, confieso que estoy enloquecido con todo lo que no se conoce debajo de la superficie, es un mundo maravilloso, pero claro, siempre voy buscando cosas nuevas, Por ejemplo, en unos meses voy a Cozumel (México) a bucear y ver pececitos, pero  tengo pendiente bucear con el tiburón ballena, que es gigante, en el mar del Caribe y me encantaría hacerlo también con mantarrayas, ya llegaré”. 

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