Buscan inversores para convertir El Castillo y las 60 hectáreas que lo rodean en un complejo de eventos al aire libre

Distintos emprendimientos que se habilitaron la semana pasada en la zona norte de la ciudad prometen cambiar la fisionomía de la zona rural que bordea Funes a la altura de su conexión con el camino a Ibarlucea. Además de los barrios cerrados y Club de Campo que el Concejo habilitó para los desarrollos urbanísticos que hará la firma Rosetti, otra iniciativa puede sumar un nuevo proyecto que colaboraría a poner en la mira de los inversores a aquel punto geográfico. El Castillo, una histórica propiedad de la zona ubicada detrás del barrio Funes City, pide pista para reconvertirse en un complejo de eventos.

La familia Provenzano, sus dueños desde hace 45 años, confirmaron a InfoFunes que “se está trabajando para hacer un lugar de eventos al aire libre, desde casamientos hasta lugar de esparcimiento. Se está en negociaciones con algunos inversores conocidos de Rosario y la zona para generar la infraestructura necesaria, buscando también dialogar con inversores interesados”.

El Castillo, la estructura con una historia edilicia conocida en la ciudad por su mística y por una característica construcción ligada a la arquitectura alemana, se ha utilizado en varias oportunidades como epicentro de eventos. “En otras oportunidades lo hemos alquilado de buena fe a personas que no han respetado las condiciones en las que se podían armar reuniones. Por eso ahora lo que solicitamos al Concejo es que se nos permita tramitar su habilitación comercial para adecuarlo a ese uso”, explicó Andrés Provenzano.

La intención de la familia titular es que allí, en la construcción que a priori cuenta con habitaciones en planta alta, dos salones en su planta baja y un tercer salón en su subsuelo, pueda adecuarse para un emprendimiento comercial, así como todo el terreno que lo rodea que aporta un enorme espacio al aire libre. 

Además, dialogan con distintos inversores que acercan diversos proyectos para las 60 hectáreas que integran el total de la propiedad, un campo zigzagueante que llega desde el límite con el Aeropuerto y limita con la continuación de la Ruta 34 S. 

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