Jueves, 21 de Noviembre 2024
Viernes, 24 de Septiembre del 2021

Avanza en el mundo el alquiler de piletas, ¿vos alquilarías la tuya?

La app Swimly arrancó en Estados Unidos y se potenció durante la pandemia. Es una especie de Airbnb de piletas privadas.

La tendencia comenzó en Estados Unidos cuando el joven Bunim Laskin se encontraba vacacionando en la casa de sus padres, en los suburbios de Lakewood, Nueva Jersey. El verano abrasador de 2017 lo tenía a maltraer. Para colmo, desde la casa de sus padres podía ver como la vecina tenía una flamante y hermosa pileta que solo usaban sus nietos, cuando la visitaban.

El resto del tiempo la pileta permanecía vacía. Ahí fue cuando a Laskin se le prendió la lamparita: le preguntó a la vecina si su familia podía usar la pileta. La señora le dijo sí, pero como eso le iba a insumir más dinero en mantenimiento le pidió que le ayudara con el 25% de los gastos al mes. La vecina en seguida le agarró el gustito porque a las dos semanas ya había hecho el mismo arreglo con seis familias de la cuadra, así que cubrió los gastos de mantenimiento y también obtuvo una ganancia.

Según cuenta Laskin, el ambiente de la cuadra se transformó, la gente estaba fuera de sus casas, todos nadaban, toda era más descontracturado y alegre. Así que enseguida pensó en lucrar con la idea, ahí fue cuando -junto a 5 amigos- desarrollaron la app Swimply (algo así como “nadar simple” en castellano), una especie de Airbnb de piletas privadas.

La app conecta a los propietarios de piletas con personas que buscan refrescarse en el calor del verano, aunque sea por unas horas, y disfrutar de la privacidad que solo es posible en un espacio privado. La pandemia les dio el impulso del cielo y en Estados Unidos se pactan transacciones que van desde 45 a 60 dólares por hora. Ya son más de 17.000 los propietarios de piletas ubicadas en ese país, en Canadá y, en menor medida, en Australia, que publican sus servicios en la aplicación.

Según informó uno de los desarrolladores, los propietarios de las piletas ganan en promedio entre 5 y 10 mil dólares al mes, mientras que la compañía se queda con una comisión del 15 por ciento de los anfitriones y le cobra una tarifa del 10 por ciento a los huéspedes.

La pregunta queda planteada: si esta aplicación llega a Funes, ¿vos alquilarías tu pileta durante los ratos muertos? Y vos ¿pagarías para usar la pileta de un vecino?

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