Viernes, 27 de Septiembre 2024
Lunes, 08 de Agosto del 2016

Innovador proyecto educativo para conocer la subcuenca del Ludueña

<p>Los alumnos de la Arino bucearon sobre un aspecto hídrico clave en la ciudad y región.</p>

La escuela secundaria Raúl Arino abrió sus puertas hace pocos meses en Funes y trajo un innovador método de enseñanza, en el que cada materia se adapta a un tema principal. En palabras del director del establecimiento, Flavio Pricco: “Trabajamos por proyectos. Se genera una consigna y a través de esa consigna los alumnos van construyendo conocimiento. Es como un tren que se mueve a baja velocidad con los alumnos y van subiendo los profesores de las distintas materias que van interviniendo conocimientos de cada materia con una línea principal. Algunos intervienen más que otros, pero todos se adaptan al proyecto”.

Claro está que cada área curricular tiene sus propios “trabajos prácticos o alguna actividad que a los alumnos les implique nota, sobre los temas específicos de cada materia”, como explicó el propio Pricco.

En ese sentido, y así como el primer proyecto fue crear una identidad alumno escuela y el segundo una identidad del alumno para con la ciudad, el tercero pone sobre el tapete la cuestión hídrica de la ciudad, mucho tiempo subestimada: el papel de Funes en la subcuenca del arroyo Ludueña: “El proyecto fue más grande de lo que suponíamos”, reveló el director de la escuela y coordinador del proyecto. “La idea era darle un aspecto geográfico: es una subcuenca, que forma parte de la cuenca Paraná Paraguay, que a su vez forma parte del Acuífero Guaraní. Estamos en una fracción de un sistema muchísimo más grande. A partir de ahí se le agregó el aspecto ambiental de la cuenca y también hay una cuestión de entender qué pasa con la flora y fauna autóctona y cómo fue que la intervención del hombre la fue corriendo o no de lo que era originalmente”, agregó.

“Fuimos a visitar la represa del Ludueña, donde los chicos tomaron agua, que dejaron muestras en diferentes frascos para ver cómo evolucionan las bacterias, y barro, para Educación Tecnológica y Artes Visuales, donde van a hacer cacharros de barro como los que hacían los habitantes originarios de la región. Además, intentaron entender el desnivel y el funcionamiento de la cuenca, sus tiempos, sus épocas de inundación, sus caudales”, detalló Pricco, al punto qué contó que también los chicos “visitaron el área protegida San Jorge, que tiene una laguna, que oficia de reserva. No está bien cuidada ni mantenida, pero sirve para que sepan que hay una reserva cerca”.

Con toda esa información, los alumnos de la Arino, que funciona en calle Irigoyen entre Fuerza Aérea y autopista, deben “hacer un informe al final del proyecto, el cuál es corregido por la profesora de Lengua y Literatura, que tiene que conocer todas las intervenciones de todas las materias para poder analizar cada informe. Obviamente no lo hace sola, lo hace junto con la coordinación. A partir de ese informe revisamos de qué tema hablaron los chicos, si no hablaron de algo, por qué no hablaron de algún tema, y buscamos corregirnos a partir de ese informe”, explicó Pricco.

“A la escuela le interesa porque una de las carreras es Bachillerato en Ciencias Naturales, así que nos interesa que sepan bien lo que es el método científico”, aseveró Pricco. “La idea fue también crear conciencia ambiental, que sepan que hay una reserva, que hay un ambiente que con la intervención del hombre se fue modificando, a veces para bien, a veces para mal, y qué cuidados tenemos que tener para con ese ambiente”, cerró el director.