Viernes, 27 de Septiembre 2024
Viernes, 05 de Agosto del 2016

Techos verdes, lindos y ecológicos

<p>Una casa en el barrio Villa Elvira aprovecha al máximo los recursos naturales para funcionar de manera sustentable.</p>

Vanesa Fresno - InfoFunes

Amigarse con el entorno natural y adquirir hábitos ecológicos son consignas que a nivel teórico pueden resultar difíciles, sin embargo la puesta en práctica resulta algo totalmente alcanzable y los resultados son más que alentadores. La casa de Elena Santana y Gonzalo Ponzio es una prueba local de que vivir de manera sustentable es posible.

En barrio Villa Elvira, sobre calle General Paz, se ve una casa que llama la atención por lo verde de su entorno y su superficie: en el techo a dos aguas crecen césped, tréboles y alguna flor.

Los techos verdes son un recurso arquitectónico para optimizar el uso de energía artificial que requiere una vivienda a la hora de calefaccionar o refrigerar los ambientes: las plantas resultan un excelente aislamiento térmico. Además ayudan a evitar inundaciones, absorbiendo el agua de lluvia, y utilizando esta misma en un sistema de riego.

En el 2011 Gonzalo hizo un curso sobre techos verdes, motivado por su interés en la ecología y sus ganas de armar algo que sirva de ejemplo: tratar de ser sustentable, amigable con el medioambiente y llevar adelante una vida más armonizada con el entorno. Cuando decidieron ampliar y reformar su casa, el matrimonio se contactó con la arquitecta Natalia Ricci, que se dedica en la ciudad a construir viviendas sustentables.

Utilizaron materiales reciclados, aberturas antiguas, ambientes vidriados que aprovechan la luz del sol, instalaron un calefón solar y un lecho nitrificante en el jardín del fondo. Fueron por más: todo el techo de la casa se convirtió en un gran terreno con sistema de riego incorporado.

Elena contó a Info Funes: “Queríamos que la idea de vivir de manera sustentable no sea solo una cuestión teórica, nos preguntamos qué podíamos poner en práctica y la reforma de la casa fue el puntapié inicial”.

Cuando contactaron a los profesionales que los asistieron en la construcción de su techo verde se planteó el desafío de hacer verde un techo con caída. La mayoría son en realidad terrazas planas. El techo a dos aguas fue un desafío no sólo para los arquitectos, sino para la misma familia a la hora de mantenerlo: Gonzalo se encarga de subir con su cortadora de césped ascendiendo y descendiendo para cortarlo cuando su “techo vivo” lo requiere.

Además de crecer, la particularidad del techo es que va mutando, crecen flores por temporada, distintos tipos de plantas y césped. “Es un techo vivo, si pasa un pajarito y tira una semilla puede crecer una planta que no estaba prevista. Al principio sembramos nosotros algunas flores, pero no prosperaron, decidimos dejarlo ser y realmente nos sorprende”, relató Gonzalo.

Ahorrando recursos artificiales, aprovechando los beneficios de la naturaleza, la casa entera es realmente una “casa ecológica” y sustentable. Un claro ejemplo de que amigarse con el entorno es posible.