Arte y docencia en cada verso

En pleno centro funense hay una casa que llama la atención por sus coloridos murales, repletos de poesía. Inés Rosa Frassinelli de González es como su casa, colorida, llena de palabras que fueron convirtiéndose en poemas a lo largo de sus 80 años.

La artista nacida en Cañada de Gómez, vive en nuestra ciudad hace cincuenta años. El hábito de la escritura la acompañó siempre, pero sólo una vez adulta se animó a publicar sus poemas y a exponer sus óleos.

Maestra de profesión y artista autodidacta, Inés se siente madura recién ahora, cuando “la soledad” se lo enseñó, y también la metafísica, disciplina que la mantiene ocupada en un ejercicio reflexivo. Treinta años atrás empezó a perder la timidez que la caracteriza aunque la disimule, y siguiendo el consejo de una sobrina, sus poemas tomaron forma de libros que ya suman más de una decena.

Comenzó su carrera docente como maestra rural en la localidad de Larguía y se mantuvo durante 37 años frente a un aula de 1er grado en una escuela de Roldán. La educación sigue siendo su motor y lo que la inspira a escribir: “Quiero educar a través de lo que escribo”, dice Inés mientras recuerda las anécdotas que le dejó la docencia y que luego fueron parte de las historias que narra.

Siempre la rodeó el arte, creció interesada en la música, en la pintura y por supuesto, en las palabras, inspirada por su padre buscó en los libros las respuestas a sus inquietudes permanentes. Aprendió a “contemplar, mirar en silencio, y dejarse guiar por la imaginación”. Inés siente que hay espíritus divinos que nos guían, esa noción mística atraviesa su arte, sin embargo remarca que lejos de ser una cuestión religiosa, la fe que la caracteriza tiene que ver con sensaciones humanas, que van más allá de los distintos templos que construyen los hombres.

Trabaja a fuerza de inspiración, motivada por sus pensamientos, pero sabe que releer y pulir lo realizado es parte de la tarea del poeta, ya que: “Nadie es perfecto, somos seres perfectibles”.

Como buena educadora, destaca y fomenta la paciencia, la tolerancia y la comprensión por los otros. En cada uno de sus poemas, y en la mayoría de sus pinturas, habla de alguna manera de los modos en los que miramos la realidad que nos rodea, subraya así la importancia de observar en detalle las distintas posibilidades, todas relativas. “Hay que aprender a ser contemplativos, a mirar las cosas, a quedar en silencio” ese es uno de los secretos de su inspiración, en la que confía y reafirma cuando dice que “poeta se nace, no se hace”.

Con varios premios y menciones en su haber, entre los que se destacan el “Diploma de Honor” y el premio a la “Mujer del año 2000” otorgados por distintos espacios culturales de la ciudad, y habiendo colaborado con las Antologías del clásico Café Literario Luz y Luna, Inés Rosa Frassinelli de González continúa inquieta a la espera de la publicación de su próximo libro “Soliloquios”, mientras sigue hilvanando palabras y empuñando pinceles.