Viernes, 17 de Mayo 2024
Lunes, 22 de Septiembre del 2014

“Me siento hija del pueblo y donde voy lo llevo conmigo”

Desde 2003, la Hermana Mónica Menegusi vive en Roma, en la sede central del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Pero en su memoria guarda al Funes que la vio crecer en la Escuela 125, el colegio Nazaret y el Club Funes.

“Para conseguir los cambios que está buscando Francisco claro que se necesita tiempo, hay cosas muy anquilosadas, de muchos años; por lo menos ha cuestionado, ha llamado a pensar cómo estamos y hacia dónde vamos. Sé que no es fácil, conociendo el ambiente y a muchas personas, hay estructuras mentales muy cerradas, muy agarradas a las estructuras, a lo que siempre se hizo así, no es fácil el cambio. Pero es deseado el cambio, y es aceptado, aun para la gente más conservadora o más tradicionalista”.

Desde el otro lado del Skype, la hermana Mónica (Mónica Menegusi) es quien realiza este análisis del momento actual de la Iglesia Católica. Y habla con un gran conocimiento porque desde el año 2003 que esta mujer funense vive en Roma, en la sede central del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, lugar en donde hermanas salesianas de todo el mundo marcan las líneas maestras de la congregación en los distintos países.

Cuando le preguntamos sobre la vitalidad que demuestra el papa Francisco en relación a los años en que ejercía el cargo de arzobispo de Buenos Aires, Mónica dice: “En la jerga de la Iglesia se lo llama gracia de estado, cuando una persona recibe una misión como esa, como ser superior o superiora, y vos decís ¿éste que va a hacer? Y recibe una fuerza para poder llevarla adelante. Se ha hecho mucho más simpático, bromea, está siempre feliz…”

Funense aquí y allá
“Cuando pienso en Funes, pienso en mis raíces... me siento hija de ese pueblo y donde voy lo llevo conmigo. Siempre digo: <<Yo soy de pueblo>>, y lo digo con orgullo”, cuenta esta hermana, que dio sus primeros pasos en la primaria del colegio María Auxiliadora pero que, paradójicamente, tuvieron que cambiarla a la Fiscal 125 porque “le tenía miedo a las monjas”.

Algunos años después volvió a las filas de aquel colegio para ya sentirse en casa. Luego hizo la secundaria en el Nazaret. Por ese entonces ya jugaba al básquet en el Club Funes, lo que muchas veces la obligaba a elegir entre actividades de la iglesia o partidos de básquet. “Teníamos una buena hinchada que nos alentaba”, recuerda.

A los 21 años la carrera religiosa la obligó a dejar el pueblo, pero son muchos los recuerdos de aquella vida. “La propaladora de Núñez y la característica música de inicio de programación, <<la vuelta al pueblo>> donde todos caminábamos en la calle, los corsos y los bailes de carnaval sobre calle Santa Fe, los clásicos del futbol en la cancha grande, la plaza San José como lugar de encuentro, los pic-nic de la primavera en el Country...”

Las últimas preguntas, concretadas vía mail por algunas dificultades técnicas, vienen con agradecimientos: “Quiero agradecer a Coqui (Julio Di Giuseppe, gestor de esta nota y uno de los funenses más memoriosos) y a InfoFunes que me dieron la posibilidad de compartir algo de mi vida. Es una forma de agradecer al pueblo lo que me ha dado como herencia. Hacer memoria es hacer pasar por el corazón lo bueno, lo bello y lo verdadero que recibimos. Hoy pasaron por mi corazón tantas personas que forman parte de mi historia: ¡Gracias!”.