De la rutina se sale pedaleando
Harto de la vida de escritorios, Nicolás Masuelli se puso a fabricar bicicletas de bambú, con la que recorrió el Norte argentino, Bolivia y Brasil.
Foto: Vanesa Fresno-InfoFunes
Ocho años atrás Nicolás Masuelli, que en aquel entonces era estudiante de ingeniería industrial, se hartó de la vida de escritorios que llevaba, a la que consideraba inmersa en una lógica alienante. Decidió romper la rutina a base de empezar a fabricar bicicletas hechas fundamentalmente con bambú. Por su especialidad venía estudiando la caña de bambú como material para la construcción y cuidado del medioambiente y a eso le unió su gusto por las bicicletas. Investigando encontró algunos pocos casos de bambucicletas a lo largo del mundo y le dio para adelante incorporando conocimientos de la industria aeronáutica.
Con un esfuerzo descomunal montó una fábrica de bicicletas de bambú que tuvo como principales clientes a personas de Europa y Estados Unidos. En viaje por Europa, más precisamente en Bélgica, conoció a Marketa -su actual mujer, oriunda de República Checa-. "Nos vimos un par de días y no pasó nada más que bailar un poquito de salsa y tomar unos tragos. Seguimos en contacto, ella quería viajar por América y yo le tiré la onda de que tenía un par de bicis para hacer el viaje pedaleando", cuenta Nicolás, desde el aeropuerto rosarino, a punto de embarcarse nuevamente hacia Europa para iniciar una nueva travesía a pedal.
Lo que en principio iba a ser un viaje iniciático de tres semanas se transformó en uno de cuatro meses por los territorios del norte argentino, Bolivia y Brasil. "Fue una experiencia muy interesante, charlando con la gente… en Bolivia nos pasó que se nos rompió la rueda de la bicicleta y tener que desviarnos 400 kilómetros", cuenta.
De esa experiencia salió el libro que el viernes pasado estuvieron presentando en Funes. "Escribimos el libro para contar que es lo que lo mueve a uno y como uno puede construir cosas con sus propias manos y ejercer su creatividad y desarrollarla, porque todos tenemos un potencial re grande, el tema es que la rutina te lleva a encasillarte en cosas", dice Masuelli.
Ahora, después de ocho años, aquel proyecto que era una vía de escape también se transformó en tedio, repleto de preocupaciones e incertidumbre. Por eso, pusieron la fábrica en stand by y decidieron salir una vez más a la aventura: estarán dos meses en Europa, luego cruzarán hacia Estados Unidos y luego atravesarán toda América hasta nuestro país en lo que -suponen- durará al menos un año aunque estarán abiertos a lo que venga. Siempre, por supuesto, arriba de la bicicleta tándem (la doble) de bambú diseñada especialmente para esta ocasión.
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