Cuatro procesados por violento robo en Funes
Cuatro jóvenes acusados de cinco robos ocurridos en junio en distintas localidades del Gran Rosario fueron procesados por el último de ellos: el atraco a una familia en su vivienda de Funes.
Cuatro jóvenes acusados de cinco robos ocurridos en junio en distintas localidades del Gran Rosario fueron procesados por el último de ellos: el atraco a una familia en su vivienda de Funes, a minutos del cual fueron apresados. Si bien algunos detalles coincidían en varios de estos hechos —el Fiat gris en el que se movilizaban, la irrupción en las casas cuando sus dueños entraban o salían por el garaje y el uso de precintos para maniatarlos— , el juez de Instrucción Nº 7 Juan Andrés Donnola les adjudicó el único caso en el que las víctimas pudieron reconocer a los acusados.
Ese hecho ocurrió el 18 de junio en una vivienda del barrio funense Los Troncos, donde cuatro jóvenes asaltaron a una familia y les robaron sólo una notebook, para ser detenidos a unas cuadras del lugar. Donnola les dictó falta de mérito por otros cuatro casos ocurridos días antes en Ibarlucea, Baigorria y Funes (ver aparte).
Una tarde fea. Eran las 17.30 de ese lunes y Alejandra G. había ido en su cuatriciclo a buscar a su hija a la parada del colectivo. Antes de abrir el portón de su chalé —a dos cuadras del Liceo Aeronáutico— se cercioró de que no hubiera nadie e ingresó. Pero cuando la puerta se cerraba aparecieron dos hombres con armas de fuego. Luego entró un tercero, mientras un cuarto los esperaba afuera en un auto.
Luego de maniatar a la mujer y a sus hijos de 6 y 14 años, comenzaron a exigirles dinero. "Querían plata y estaban apurados", recordó Alejandra, que le dijo a uno de ellos: "Si hay plata yo te ayudo a buscar".
"Por momentos eran educados y por otros desprolijos. Se llamaban por sus nombres de pila. A uno se le cayó el arma y yo la pateé. Ahí me agarraron a cachetadas", explicó entonces a este diario la mujer.
Los intrusos revisaron toda la casa pero no encontraron efectivo. Entonces le arrebataron al pequeño de 6 años la notebook con la que estaba jugando. Los delincuentes que escaparon en el auto que los esperaba afuera. Testigos vieron que era un Fiat Uno gris.
Stop. En Urquiza y la avenida Fuerza Aérea fue interceptados por una patrulla del Comando Radioeléctrico que los persiguió hasta apresarlos cerca del límite entre Funes y Rosario.
En el auto fueron arrestados dos jóvenes de 19 años con antecedentes: Miguel Santillán y Nelson Castellanos. Con ellos estaban Maximiliano Frias, de 19 y Rubén Romero, de 21, ambos sin prontuario. Se incautó la notebook robada al hijo de Alejandra y dos armas de fuego: un revólver lechucero Smith & Wesson calibre 32 corto, otro cromado marca Orbea y un cuchillo de 15 centímetros de hoja.
En Tribunales, los cuatro negaron en líneas generales el hecho y se abstuvieron de declarar. Sin embargo, hubo elementos para el juez de su participación en el atraco.
Uno es el auto en el que fueron atrapados minutos después y cerca del lugar donde ocurrió, y cuya descripción coincide con la aportada por la víctima. Otro son las armas —aptas para disparar— halladas en el vehículo. Finalmente, el "reconocimiento preciso" que hizo la dueña de casa de los tres imputados que ingresaron en su casa. Afirmó que Romero fue quien la ató con precintos y describió cómo vestía. Recordó a Santillán como quien revolvía todo. Y a Castellanos como la persona que la golpeó, "una cara que jamás olvidaría".
Esos elementos, a criterio del juez, son suficientes como para procesarlos como coautores de robo calificado. Permanecerán detenidos.
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