Lunes, 30 de Septiembre 2024
Lunes, 25 de Marzo del 2019

Las puertas de la Quinta de Funes se abrieron para el cierre de la marcha del 24 de marzo

<p>La marcha por el Día de la Memoria culminó en el ex centro clandestino de detención. Un recorrido local por la memoria de todo un país a 43 años del Golpe.</p>

 

Un año más, como cada 24 de marzo, una parte de la ciudad salió a la calle bajo la consigna Verdad, memoria y justicia. El repudio funense a la dictadura militar fue calmo, hasta silencioso. Un poco más de un centenar de personas caminaron por Ruta 9 detrás de una bandera que recordó a los 30 mil.

 

A diferencia de las multitudinarias convocatorias en las grandes ciudades, la local tiene una impronta propia y no es para menos: no culmina en una plaza. Desde hace pocos años, desde que la legislatura provincial concretó su expropiación, la marcha finaliza en la Quinta de Funes. El silencio de lo que fue el centro clandestino de detención se impone.

 

Esta vez estuvo abierta, no sólo su predio. Hombres, mujeres, chicas y chicos pudieron recorrer cada una de sus habitaciones, tocar sus telas de arañas. Oler, mirar. El ritmo de ese recorrido se impuso y quienes seguían se sacudían la conmoción y buscaban los rayos de sol que el enorme jardín ofrece.

 

La lectura de los documentos –fueron varios- se demoraba, y la cosa de a poco fue marcando su fin. Algo en el clima iba imponiendo su propio ritmo, más allá del que las distintas agrupaciones o sectores intentaran marcar.

 

La Quinta, con su impronta, su enorme predio al sol, su yuyo cortado a los apurones. Con sus habitaciones repletas de insectos, su humedad hace que la marcha en Funes tenga una mística propia, una experiencia íntima y muy distinta a otras. Hasta que el predio sea verdaderamente recuperado y puesto en valor, Funes invita a animarse a recorrer la memoria, en silencio y paso a paso.