Navidad en Funes sin estrés: 10 recetas rápidas para lucirse en la nochebuena sin pasar horas en la cocina

Para quienes todavía no cocinaron en Funes y miran el reloj con desconfianza, hay una buena noticia: la mesa de Navidad se puede resolver sin complicarse. Con recetas clásicas, tiempos cortos y sabores que nunca fallan, este menú de opciones permite llegar a la noche con todo listo y sin estrés.

Galletas de jengibre

Ideales para arrancar con algo dulce y bien navideño, las galletas de jengibre se preparan en pocos minutos y perfuman toda la casa. La masa se arma mezclando manteca, azúcar, huevo, harina y especias como jengibre y canela. Tras un breve reposo, se estira, se cortan las formas y van al horno entre 10 y 12 minutos. Se pueden dejar simples, espolvoreadas con azúcar, o decorar con glasé si hay tiempo y ganas. Funcionan tanto para la mesa como para regalar.

Vitel toné

Clásico absoluto de las fiestas argentinas y uno de los platos más prácticos. El peceto se hierve en caldo con verduras hasta que quede tierno, se deja enfriar y se corta en rodajas finas. La salsa se prepara procesando atún, mayonesa, anchoas, mostaza, limón y un poco del caldo de cocción. Se cubre la carne, se suma huevo duro y alcaparras y va directo a la heladera. Se puede hacer con algunas horas de anticipación y llega perfecto a la noche.

Turrón de maní casero

Rápido, rendidor y económico. En una olla se hace un almíbar con azúcar y miel, se agrega maní tostado y se mezcla hasta lograr una pasta espesa. Se vuelca entre dos obleas, se presiona bien y se deja enfriar. En menos de media hora está listo para cortar. Es ideal para sumar algo dulce sin prender el horno y se conserva varios días.

Ensalada rusa

Un clásico absoluto de las fiestas argentinas y una de las recetas más salvadoras cuando el tiempo apremia. Se prepara hirviendo papas y zanahorias en cubos hasta que estén tiernas, junto con arvejas que pueden ser frescas o de lata. Una vez frías, se mezclan con mayonesa, sal y, si se quiere sumar sabor, huevo duro picado o un toque de mostaza. Es fresca, rendidora y se puede hacer con varias horas de anticipación, lo que la convierte en una aliada clave para la mesa navideña. Funciona como guarnición, entrada o plato principal liviano y suele gustar a todos, desde los más chicos hasta los más grandes. 

Pan dulce con chispas de chocolate

La versión exprés del clásico. Se prepara con levadura seca, harina, azúcar, huevos, manteca y esencia de vainilla o ralladura de naranja. Tras un levado corto, se incorporan chispas de chocolate y va al horno. En poco más de una hora se logra una miga esponjosa y aromática, sin frutas abrillantadas y con aceptación garantizada entre grandes y chicos.

Lengua a la vinagreta

Un plato tradicional que suele reaparecer en las fiestas. La lengua se hierve hasta quedar bien tierna, se pela y se corta en rodajas. Se acompaña con una vinagreta simple de aceite, vinagre, ajo y perejil. Se sirve fría y funciona muy bien como entrada fresca en noches calurosas.

Huevos rellenos

Un comodín infalible. Se hierven los huevos, se parten al medio y se mezcla la yema con atún, mayonesa y algún extra a gusto: aceitunas, morrón o cebolla. Se rellenan las claras y van a la heladera. Rápidos, económicos y siempre bien recibidos.

Tomates rellenos

Sin horno y bien veraniegos. Se vacían tomates firmes y se rellenan con una mezcla de arroz, atún, huevo duro y mayonesa. Se pueden dejar preparados con horas de anticipación y se sirven bien fríos, ideales para equilibrar una mesa cargada.

Rosca navideña

Aunque parezca compleja, hay versiones simplificadas. Una masa básica con levadura, un levado corto y forma de aro. Se decora con crema pastelera, azúcar y frutas. Funciona tanto para la medianoche como para acompañar el mate del día siguiente.

Pionono salado

Práctico y rendidor. Se rellena con pavita, jamón, queso crema o verduras, se enrolla y se deja enfriar. Se corta en rodajas y se sirve como entrada o plato frío. En pocos minutos queda listo y rinde mucho.

Con estas recetas, la Navidad en Funes se puede resolver sin corridas ni dramatismos. Clásicos que no fallan, tiempos cortos y una mesa lista para lo importante: sentarse, brindar y compartir la noche.

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