Manuela Maldonado, una funense funense

Manuela Maldonado es nacida y criada en Funes, hasta su abuela ya era de Funes. “Soy nativa nativa de acá, vengo ya de lejos”, cuenta orgullosa. Nació en 1935, “en un ranchito en la esquina de Montevideo e Irigoyen”. En ese entonces “éramos 4 locos, en la manzana eran la escuela y un chalecito que había. Estaba Don Venero que era el matancero del matadero.”

Toda su vida escolar la hizo en la Fiscal 125, la misma adonde fue su papá. Después siguió como portera, puesto que ocupó durante 33 años. Tan apegada estaba a su escuela que cuando “la jubilaron”, a los 73 años, la tristeza la llevó derecho a terapia intensiva. Una vez recuperada el médico le prohibió otro de sus mayores placeres: andar en bici. De eso, guarda una anécdota imperdible. De cuando -hace cinco años- compró una bicicleta en Rosario (en la zona de las Cuatro Plazas) y -ansiosa por tenerla- se la llevó andando hasta Funes, incapaz de esperar a que se la manden. Ahora su bici la usan sus nietas. “La extraño… también andar a caballo”, cuenta.

A la escuela siempre está volviendo. “Es mi segunda casa. La escuela es hermosa”, dice emocionada. Acostumbrada al pueblo de su infancia, el Funes de hoy no le resulta muy placentero. “Ya ni nos conocemos. Antes éramos todos uno solo, ahora una va para allá, el otro va para acá. Vos veías antes los campos con los animales, las vacas, los tambos, todo eso y ahora no se ve nada de eso”. Por si alguna vez se olvida lo que Funes fue, Manuela aprovecha su tiempo libre para escribirle poemas a ese pueblo que lleva en el corazón.

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