La valiosa tarea de ser docente en los tiempos de corren
Este miércoles 11 de septiembre se celebra el día del maestro. Desempeñar ese rol amerita una responsabilidad y un compromiso absoluto. Trabajo dentro y fuera del aula.
Seguramente, exista algún docente al que recuerden con cariño de sus pasos por la escuela primaria. Los más afortunados habrán logrado sentirse amados, valorados, contenidos o hasta inspirados por alguno de ellos.
Para compartir la experiencia diaria de una maestra, y visibilizar la labor de todo el colectivo docente de la ciudad, entrevistamos a María Laura Zamboni, la “seño Lau”. Actualmente es maestra de 2° grado de la Escuela N° 125 “Doctor Antonio Herrera”, donde trabaja hace más de 30 años.
¿Qué cambios notas entre tus comienzos y la actualidad en cuanto a tus alumnos, la docencia y la ciudad?
En todos estos años la escuela creció mucho. Los primeros alumnos que tuve, hoy traen de la mano a sus hijos, que también son mis alumnos. Desde mis comienzos tengo los mejores recuerdos de mis compañeras, de las que aprendí y aprendo día a día.
Ese juego de enseñar y aprender despertando la creatividad para que cada momento emocione y se produzca el aprendizaje, es maravilloso. Siempre me asombró la capacidad de los chicos por el saber y el investigar, ahora son más desenvueltos y expresan sus vivencias argumentándolas con lo que aprenden a través de los medios audiovisuales.
Así como fue cambiando la sociedad, también fue cambiando el entorno familiar, como docentes debemos estar atentos, actualizarnos y capacitarnos para brindarles la contención que cada uno necesite.
¿Cuánto tiempo demanda la docencia en tu vida?
Por todo lo que te cuento, es que no son sólo las cuatros horas que estamos frente al aula las que trabajamos, el compromiso con esta tarea demanda horas preparando las clases, los materiales, corrigiendo, completando planillas, teniendo reuniones con las familias de los niños y demás. Muchas veces nos quita el sueño y hasta tiempo para estar con nuestras familias.
¿Crees que son reconocidos por su labor los maestros?
Los niños lo reconocen diariamente y nos lo demuestran con abrazos, dibujos, palabras de cariño.
Muchas veces, la sociedad, nos tilda de vagos, pero los docentes que sentimos la profesión apostamos a una mejor educación aún con falta de recursos y realidades que nos superan, ponemos el alma y el cuerpo con la convicción de que la educación hace la diferencia.
¿Cómo crees que te ven tus alumnos? ¿En qué grado preferís dar clases?
Sé que para muchos “la seño Laura” es exigente, y es así porque creo en las posibilidades de los niños y valoro sus esfuerzos. Entiendo que quien hoy aprendió esto, mañana puede llegar a más. Por eso, constantemente propongo nuevas metas que mis alumnos y sus familias valoran.
Por el cariño que demuestran, su inocencia e imaginación me gusta trabajar con los niños del primer ciclo, es emocionante ver sus avances y escucharlos leer por primera vez.
¿Crees que se debe tener vocación para ser maestro o la vocación se genera en el día a día?
La docencia es pasión y es compromiso, creo que sin vocación es muy difícil esta tarea.
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