Anita Martelli: “Hay que hablar también con las nenas sobre el cáncer de mama"
La concejala y ex secretaria de Salud, función que atravesó en pleno tratamiento de esta enfermedad, explicó qué se necesita del Estado para prevenir este mal.
Una vida en familia y la alegría de ser nombrada a cargo de la Secretaría de Salud de Funes en 2012 fueron un jardín que luego sucumbió ante el diagnóstico de cáncer de mama que recibió la protagonista de esta historia, Anita Martelli (@anitamartelli_ok).
En medio de su nueva función, la hoy concejala del Pro recibió el diagnóstico menos esperado y el más difícil que afrontó en su vida, pero del que salió aireosa ya que desde el primer momento fue conciente de la importancia de querer vivir.
“Cuando escuché la palabra cáncer tuve miedo, es cierto, pero casi al instante lo tomé como un problema, tal vez uno difícil, pero al final uno como todos los que tenemos en la vida y no había opción: había que superarlo”, expresó Anita a InfoFunes en el marco del Octubre rosa.
Se emociona cuando nombra a quien fue su oncólogo, el doctor Diego Salguero, quien falleció durante la pandemia. “Era muy querido en Funes”, sostuvo Anita y agradeció “la rapidez con la que me pidió los estudios de ecografías, senografía y luego una punción sobre esa bolita bien chiquita” que descubrió en 2012 en la mama derecha durante un autoexamen.
La punción permitía saber si ese nódulo era maligno o benigno, y cuando se supo que era un carcinoma, Anita aseguró entrar “en shock” ante el diagnóstico.
Es que la palabra cáncer es una que absolutamente nadie quiere escuchar. Con el avance médico y la información a nivel general se constató que, determinado a tiempo, tiene altísimas posibilidades de ser curado. Es más, respecto al cáncer de mamas se supo con los años que no necesariamente debe haber un antecedente familiar, de hecho Anita no lo tenía. También con los años, si bien siempre se recomendó hacerse una primera mamografía a partir de los 40, existen casos de mujeres mucho más jóvenes que contrajeron la enfermedad, incluso algunas antes de los 20.
Tras el diagnóstico de cáncer de mama, comúnmente se suele proceder a una intervención quirúrgica, en algunos casos se recurre al llamado “Ganglio centinela” (una especie de líquido azul que se inyecta en la mama afectada y se extiende hacia el axila correspondiente, donde “tiñe” de ese color el o los ganglios que pudieran estar afectados. Con ello se sabrá bien si el cuadro se expandió o no. Comúnmente se le sigue un período de sesiones de quimioterapia, cuyos efectos suelen ser muy molestos, como la caída del pelo y la pronunciada baja de defensas mientras dure esa etapa; y luego la radioterapia donde pareciera que se le saca una radiografía a la mama operada en cada sesión, pero la acumulación de ellas más intenso que “un flechazo”, una quemadura de esas que uno se puede dar en pleno día de sol en verano sin protector.
Luego de esos procesos la paciente (aunque hay una minoría que afecta a varones), debe tomar en casi todos los casos, una pastilla diaria durante cinco años llamada Tamoxifeno (un medicamento que bloquea la actividad del estrógeno -una hormona femenina- en la mama, lo cual puede detener el crecimiento de algunos tumores del seno que necesitan estrógenos para crecer), aunque Anita lo tomó por diez años y su última pastilla la tomó hace apenas un mes.
El cuerpo habla, y a veces grita
Anita no tuvo quimioterapia, sí pasó por los rayos. Y durante su tratamiento se puso “en manos de la medicina y también en la de Dios”, además de apoyarse en el cariño de su esposo, hijos, hermana y nietos.
Es más, confió también que “en la Secretaría de Salud llevé adelante mi función durante mi tratamiento, rodeada de médicos y de mimos”.
Volviendo a los no antecedentes de Anita, lo impactante fue que su caso, tal lo señaló su oncólogo, “fue un desbarajuste hormonal por tantas responsabilidades”.
“Toda la vida trabajé en clínicas, así que siempre estuve rodeada de médicos, hasta que Mónica Tomei, durante su intendencia, me nombró secretaria de Salud. Estuve muy, pero muy ocupada, eran muchas responsabilidades y mi cuerpo respondió a ello”, sostuvo.
Asimismo, Anita se desempeñó en su función y luego llegó al Concejo Municipal, donde ya lleva su tercer mandato. Como edila, sostuvo que cada mes de octubre “renuevo mi ordenanza que fue creada para concientizar sobre el cáncer de mama”. “Leyendo y sabiendo es la causante común de muerte en las mujeres a nivel mundial, tenemos que tomar la responsabilidad de controlar porque es una enfermedad que pueda diagnosticarse en cualquier edad”, mencionó.
Y agregó: “Lo más necesario hoy es que, en el ámbito de la Salud en Funes, el médico de cabecera, el clínico o ginecóloga, ginecólogo, apenas la adolescentes comienzan con su ciclo menstrual deben explicarles, hablarles sobre esta enfermedad, el autoexamen y, por lo menos, hacer una ecografía mamaria anual o cada dos años, para poder anticiparse".
;.
Mientras tanto, recuerda que en cada viaje a sus sesiones de radioterapia en Rosario, Anita pensaba que “se trataba de un paseo, iba mirando el paisaje por la ventanilla y trataba de disfrutarlo, mi cuerpo necesitaba cuidados, así que se los di”. “Las mujeres –agregó- siempre nos dejamos de lado, es muy importante que nos cuidemos a nivel salud, haciéndonos chequeos anuales, aunque yo debo hacerlos cada seis meses, y ser felices, hacer cosas que disfrutemos, que nos hagan bien, no todo son tareas del hogar y el trabajo”.
Además, recordó que en 2021 presentó un proyecto de la compra de un mamógrafo de parte del municipio, con el cual se puedan hacer mamografías a mujeres que no tengan obra social, de manera gratuita. “Es imperdonable que una mujer no pueda controlarse porque no tenga dinero, Estamos hablando de su vida, nada menos”, dijo con firmeza. Y agregó: “Si estamos por abrir un Samco que va destacar aún más a la ciudad en materia de Salud, es necesario que tengamos ese mamógrafo disponible”. Y sobre cómo le marco el cáncer a su actitud ante la vida, compartió: “Traté de pasarlo de la mejor manera posible. No es fácil pero se puede. Si empezamos el tratamiento es porque, simplemente, queremos vivir y una vez que lo terminás no sos la misma que antes del diagnóstico. Ya sos una mujer más fuerte, que no se queja de pavadas y que ve las cosas de una manera más aguda. En la vida, en vez de amargarse, hay que ocuparse y ayudar en lo que se pueda al de al lado, porque ni en el cáncer, ni en la sociedad, nadie se salva solo”.
Powered by Froala Editor
ÚLTIMAS NOTICIAS