Actuar mil vidas
<p>“Venimos a actuar y abrir nuestra percepción”, aseguran los alumnos del taller de teatro funense La Maraña, que tuvieron la oportunidad de participar de una película rosarina.</p>
Ellos son “La Maraña” y es que algo guardan relación con ese nombre: un grupo “entrelazado” de personas que estudian teatro y que, en esa mixtura de gente, las ganas de actuar los mantiene unidos. Este año, para seguir compartiendo experiencia juntos, la mayoría contó con la posibilidad de hacer de extra en la película “Faxman, un milagro de otoño” que se rodó en la ciudad de Rosario. La misma cuenta con la actuación de Luis Machín y Mario Alarcón como protagonista y se podrá disfrutar en la pantalla del cine en el mes de octubre.
Como taller de teatro, forman parte del Centro Cultural Gran Rosario que está situado en en el campo de deporte que se encuentra vecino a la Escuela Raúl Arino, perteneciente al IUGR (Instituto Universitario del Gran Rosario). Son un total de doce alumnos, hombres y mujeres de edades diversas, lo que hace que el grupo sea “super enriquecido”. “Uno puede venir porque se lo recomendó un amigo, porque es tímido o porque se lo aconsejó el psicólogo. Pero en esa mezcla hay algo en común que nos va uniendo a lo largo de los ensayos: la seguridad de que acá venimos a actuar y abrir nuestra percepción”, cuenta la profesora Viviana Trasierra, encargada de llevar adelante las clases de teatro. En eso mismo coincide Marisa Perfecto, alumna y extra en la película, que su vez marca una diferencia respecto al rodaje: “Una cosa es actuar como un hobby o para despuntar el vicio, pero otra muy distinta es hacerlo frente a cámara en un film. Ahí, aunque seas parte de una multitud y no dure mucho tu participación, se trata de un gran compromiso”.
La invitación a participar del proyecto audiovisual llega por parte de la profesora por su cercanía con Néstor Zapata, director de la obra. Aunque en general ninguno había tenido la oportunidad de actuar frente a cámara, la experiencia fue vivida con total gratitud: “Yo ahí estaba actuando. Si bien no había diálogo, tenías que adoptar una actitud, esa actitud de sentirte actuando. A su vez, tener la oportunidad de escuchar las charlas del actor principal junto a todo el equipo de técnica fue super interesante. Observás cómo desde su lugar cada uno aportaba para que todo salga perfecto”, comenta Luciana Sanjurjo, otra estudiante que participó en la filmación. Al mismo tiempo, confiesa: “Es difícil poner en palabras lo que te pasa cuando actúas, mejor me quedo con sentir toda esa experiencia”.
“¿Quién soy?, ¿dónde estoy?, ¿para qué vine?, eso necesitas: situarte”, menciona Gabriel Meneghetti, otro extra en el film. Es que, en ese sentido, todos los alumnos que participaron tienen en claro que de las clases semanales pudieron llevar al ensayo de la película esa “construcción del personaje”, ese “ser consciente que actúo”. “Podés vivir mil vidas diferentes. Actuando, no importan las consecuencias y eso es hermoso”, concluye Trasierra para expresar lo que percibe al protagonizar un personaje.
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