Miércoles, 25 de Septiembre 2024
Jueves, 04 de Febrero del 2016

Serpientes, lagartijas, comadrejas: todo lo que hay que saber

<p>El calor, el pasto alto, la falta de lluvia. Todo confluye para que aparezcan cientos de especies. Info Funes habló con un especialista para despejar dudas. ¿Pueden hacernos daño? ¿Qué hacemos si las vemos?</p>

En los últimos días, y a causa de varios factores como la crecida, se vio una proliferación de alimañas en toda la ciudad, reflejadas en las publicaciones que la gente que se las encontraba hacía en grupo de redes sociales como Funes, mi ciudad. Por eso, Guillermo Pérez Jimeno, el veterinario especialista en especies no tradicionales que trabaja en la Granja de la Infancia y trabajó en lugares como el zoológico de Rosario, despejó algunas dudas sobre estos animalitos.

El primer tema que abordó Pérez Jimeno fueron las comadrejas, de las cuales primero aclaró que “son habitantes normales y habituales de toda la zona”. Sobre estos animales, el veterinario comentó los peligros que pueden acarrear: “es común que las ataquen los perros, y como la comadreja es un marsupial, pariente del canguro, muchas veces cuando atacan a la hembra quedan las crías en la bolsa, y se empiezan a mover, se salen, y según el estado de desarrollo que tengan se pueden llegar a salvar. Pero intentar adoptar una comadreja adulta es casi suicida, aparte de ilegal. Son bichos salvajes, pueden transmitir rabia. Una cosa es intentar rescatar una que se está muriendo, o unas crías, y dárselas a Fauna para que ellos los liberen, eso es hasta común, atiendo bastante de esos casos, pero adoptar una como mascota es temerario”, sentenció.

Otro animal cuyas apariciones proliferaron son las serpientes, conllevando el repetitivo debate de cuáles son culebras y cuáles yararás. En cuanto a esto, Pérez Jimeno fue tajante: “Mi recomendación cuando se encuentra un ofidio es no acercarse, porque generalmente cuando se ponen a ver si es culebra o yarará o quieren matarla, es cuando ocurre el accidente. Además están las falsas yararás, que para el ojo del neófito es muy difícil de distinguir. Entonces, si hay una víbora, dejala, no te acerques, ya se va a ir, para la víbora no es negocio picarte, ellas utilizan el veneno para cazar una presa y alimentarse, y nosotros no somos una presa para una yarará, por más grande que sea, con nosotros gasta veneno que luego no va a tener para alimentarse. Solo van a atacar por miedo, porque ecológicamente hablando no le somos rentables. Si pica, no perder tiempo en intentar agarrarla, en matarla, en hacer torniquetes, en chupar la herida, sino agarrar a la persona, calmarla, cargarla a un auto y llevarla a un centro asistencial. Pero tranquilo, tenemos doce horas para colocar el suero antiofídico”, aseveró el veterinario.

Las lagartijas e iguanas también tuvieron sus recomendaciones: “las que caminan por las paredes, generalmente sos geckos. Hay siete u ocho especies en Argentina (incluso algunas se venden como mascotas), son inofensivos para el ser humano, y de hecho son beneficiosos porque se alimentan de insectos. Suelen entrar por claraboyas, rejillas, ventanas, cuando hay mucha vegetación afuera, hay una zona húmeda, de enredaderas”. Ahora bien, ¿qué hacemos con las iguanas que nos encontramos en la pileta, que son bastante grandes? “Lo que llamamos iguana acá, se tratan de lagartos oberos. Son carnívoros, a diferencia de las iguanas que son herbívoras, se pueden comer pichones de roedores, aves, huevos, pueden causar accidentes, mordeduras que son muy sépticas, son altamente infecciosas, además de que golpean bastante fuerte con la cola, pero no van a atacar, a no ser que estén en una situación desesperada. Cuando son bastante grandes, mejor alejarse. Si son pequeñas, si se cayó a la pileta, lo mejor es sacarla con el sacabichos, meterlos en una bolsa o caja, y largarlos en cualquier descampado”, explicó.

Por último, Pérez Jimeno se refirió a los sapos y ranas que históricamente se hallan en nuestra ciudad: “El problema con los sapos es que tienen una orina irritante, sobre todo para los perros que van a querer morderlos y son orinados en la boca o en los ojos por el sapo que se defiende. Es muy raro que lo hagan con humanos, de hecho si lo agarras probablemente no te haga nada”.