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Viernes, 04 de Septiembre del 2015

“Dejé todo y más de lo que tenía en esas montañas”

<p>La atleta Melina Barrientos cuenta cómo fue correr durante casi 26 horas sin parar en el Ultra Maratón de Mont Blanc.</p>

¿Podés imaginarte corriendo durante más de 25 horas sin parar, subiendo y bajando cuestas por montañas escarpadas? Parece imposible, pero no. Es lo que hizo la atleta funense Melina Barrientos, que completó el ultra maratón de Mont Blanc, una dura prueba que se corre entre montañas uniendo Francia, Suiza e Italia. “Me fue muy bien, el objetivo fue logrado”, le dijo Melina a InfoFunes desde Roma, donde descansa y repone fuerzas.

Melina completó la carrera en 25 horas, 47 minutos y doce segundos, finalizando en el puesto 73 de su categoría. “Increíble carrera, bien merecido el título de más grande, importante y dura del mundo. Inimaginable su dureza. De belleza extrema a la vez. Aún no puedo creer lo que viví. Y haberlo logrado, es un sentimiento de profunda emoción”, aseguró. “Hay que vivirlo para saber lo que costó. Dejé todo y más de lo que tenía en esas montañas. Todos los corredores. Del primero al último que la completó”, agregó la atleta. 

Durante las extenuantes horas de competencia, no había tiempo para dormir. Sí para tomar breves descansos de poco más de 5 minutos para alimentarse e hidratarse. “Cada 17 km más o menos había un puesto de hidratación y comida. Cada 30km un puesto médico”, describió Melina. La hidratación consistió de agua (“tomé unos 7 litros en carrera)/Hizo 35 grados, Coca-Cola (“vuelve la vida con un vaso frío de Coca”), café y Gatorade. La alimentación, bien variada: “Sopas con fideos, pastas con bolognesa y queso, en mitad de carrera, pastafrola (el dulce es necesario), galletas con chocolate, geles y barras de cereal, naranjas y bananas.

¿Cuál fue el momento más emotivo de la carrera?, preguntó InfoFunes. “El momento de la entrada a Chamonix. Un kilómetro siendo ovacionada en múltiples idiomas por la gente hasta cruzar el arco y levantar mi bandera celeste y blanca... es el gran momento. Las sensaciones son increíbles. Una toma conciencia de lo que hizo. Y la emoción y la gratitud a Dios inundan el alma”, cerró.