Un nadador extremo
<p>Gustavo Scuizzato se prepara para nadar en las frías aguas del glaciar Perito Moreno sin traje de neoprene. </p>
Diez años pasaron del día en el que Gustavo acompañó a su hija Nina a hacer el tradicional cruce del Río Paraná, y, a causa de una invitación, terminó cruzándolo él también. Durante esos diez años entrenó, estuvo a tan solo cuatrocientos metros de la cima del Aconcagua, y logró conjugar dos de sus pasiones, la natación y el montañismo, en un proyecto para el cual se está preparando. Gustavo es Gustavo Scuizzato, y quiere ser, junto a algunos compañeros de Nadando, los primeros en cruzar la Laguna de Corona del Inca sin traje de neoprene.
Pero claro, usted dirá, ¿y qué tiene de especial esto? Que dicha laguna se encuentra a 5800 metros de altura, donde la deuda de oxígeno a causa de la altura y la fría agua hacen de esto un verdadero desafío. Para prepararse para esto, Gustavo primero nadará, a fines de este mes, en el Canal de los Témpanos, sobre la cara norte del glaciar Perito Moreno, en el Calafate.
“El año pasado fuimos a Corona del Inca con Gonzalo Spagnuolo, Emilia Giantenaso y Santiago Sánchez, algunos de los chicos de Nadando, y lo nadamos con un traje de 7mm neoprene”, comenta Gustavo, explicando el comienzo de este proyecto. “Y cuando bajábamos, me empecé a preguntar si no era más fácil nadar sin neoprene, (tené en cuenta que esa laguna tiene una temperatura de cuatro grados). A la vuelta, Emilia me cuenta sobre Matías Ola, un reconocido nadador de aguas frías argentino y toda su historia, y me da el facebook de este muchacho, diciéndome que le meta, que lo haga, que lo podía lograr”.
Gustavo Ola es un nadador argentino de aguas abiertas frías que se hizo conocido por buscarle un fin pacifista a sus travesías. Así, por ejemplo, cruzó el Canal del Beagle con otro nadador chileno, o el Estrecho San Carlos con una nadadora inglesa. Hoy en día, con su organización “Unir el mundo”, que tiene por objetivo nadar en ocho estrechos diferentes del globo terráqueo, organiza actividades a lo largo y a lo ancho del país. Una de estas actividades será a fines de julio, en el glaciar Perito Moreno, y ese será el próximo desafío de Gustavo, como el de otros sesenta nadadores de todo el planeta.
“Calafate es algo un poco más simple porque no hay altura, solo frío”, cuenta Gustavo. “Ese ya lo voy a hacer sin neoprene, solo malla, antiparra, y gorro. Solo bancar el agua fría en una prueba que es corta, que para eso está la aclimatación, que se hace en aguas de 15 grados o menos y en donde, si se logra cumplir el 60% de lo que uno quiere hacer, ya se está preparado”. La travesía constará de distancias de 25, 50 y 100 metros, y circuitos de 500, 1000 y 1500 metros, todos en un agua de dos grados de temperatura.
Fuera del agua, Gustavo escaló tres veces el Aconcagua, aunque la cima se le hizo esquiva por cuestiones climáticas las tres veces. Esta experiencia lo ayuda para combatir la falta de oxígeno en la altura. Para el frío, los recaudos son extremos, ya que cualquier error de cálculos puede terminar de manera fatal. “No es que salís, te vestís y te vas. Necesitas un lugar caliente, dejar espacio para que te vuelva la temperatura al cuerpo”, explica este nadador al que nada parece apartarlo de su objetivo: ser el primer nadador funense y el primer nadador argentino en cruzar la laguna de Corona del Inca, a 5800 metros de altura, sin nada más que una malla y un par de antiparras.
ÚLTIMAS NOTICIAS