Martes, 07 de Mayo 2024
Viernes, 30 de Mayo del 2014

Y ahora, Silvio Ferraro

Diseñador gráfico e industrial y, por sobre todas las cosas, artista plástico, este fin de semana inaugura la que será su primera exposición en Funes, el lugar que eligió hace varios años para vivir.

Foto: Vanesa Fresno- InfoFunes
"Nunca hice un esfuerzo por hacer una muestra acá, estaba esperando que me vieran. Uno llega a cierta edad y puede darse ciertos lujos", dice Silvio Ferraro cuando la charla está a punto de desvanecerse. A eso parece apuntar el título de la muestra que se inaugurará este sábado 31 a las 20 hs en el Murray.

"Ahora yo" suena a "hola, soy Silvio Ferraro, artista plástico -entre otras cosas-, nací en Rosario, me fui a Buenos Aires porque Rosario expulsa sus talentos, después me fui a vivir a Roma, París y Londres, expuse en todos esos lugares y más, volví a Rosario para terminar aquí, en Funes, donde muchos ni saben quién soy; pero ahora voy a mostrar un resumen del arte con el que recorrí las galerías del mundo".

Suena pretencioso, pero la carrera de este hombre mayor, de cara cubierta por barba y bigote, pelo hacia atrás y audífono en su oreja derecha, vale la pena. Vestido en una gama que va del marrón al verde oliva, dominando una de las mesas del patio delantero del bar de Elorza y San José, se dispone a contar algo del zigzagueante recorrido por el que el destino lo sacó a pasear.

"Vos tenés este grabador, que tiene una cubierta dividida en cosas, y ¿dónde está la máquina de esto? Es invisible. Las cosas siempre tienen un detrás, es como mirarse en un espejo, vos tenés tu figura reflejada y lo que tenés detrás del espejo. Bueno, eso es lo que yo pretendí siempre incorporar a mi pintura, es decir, detrás de un signo otro, y otro, y otro", dice.

Más allá del impacto estético que puedan provocar sus figuras, del agrado o no del espectador, hay en cada una de ellas la búsqueda de evidenciar un engranaje subterráneo de algo. "Nada está casual, es una cosa muy meditada y muy medida. Es como si yo tuviera un gran microscopio, me interesa mucho más celularmente, una cosa, un dibujo, un plano, porque aparecen toda una serie de situaciones que en un registro normal no lo vas a encontrar", explica.

Adentrarse en la obra de Ferraro exige tomarse un tiempo para lograr deconstruir esos encadenamientos de signos que bucean en el detrás de cámara de las cosas. Jésica Savino, directora del Murray, sobre quien Ferraro dice que entendió muy bien la obra, escribió en la invitación a la muestra: "Ferraro es una obra-tablero de juego, donde cada pieza encuentra su movimiento y crea un universo que la sustenta en la relacionalidad. Un juego en devenir, los puntos de llegada son infinitos".

"Mi pintura es una pintura muy basada en el grafismo, porque yo soy gráfico y soy diseñador industrial, o sea que yo me he formado tanto en la parte volumétrica, con movimiento inclusive, como en la parte plana, que es el grafismo, que sale de la escritura del blanco y negro", dice Ferraro, que estudió arquitectura en la UBA y terminó siendo diseñador industrial, trabajó como diagramador en las revistas de la editorial Abril (fuerte en aquella época, los 60), se hizo diseñador gráfico y ganó plata erigiendo una empresa dedicada a fabricar muñecos didácticos para niños.
 
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