Cepillo, una banda con hambre y ganas
Una mirada profunda al disco debut de la banda funense. Un material que se muestra vérsatil para mostrar por igual guitarras crudas y un bajo potente o melodías dulces.
En una época en la que cierran las disquerías y lo usual es escuchar compilados y temas sueltos en mp3, vía Spotify o Youtube, Cepillo nos trae su primer disco Gritar en una delicada caja de cartón, con dibujos realizados por ellos mismos. Un LP con guitarras crudas y un bajo potente, como se escucha en "Cazar" y "Clara", o de melodías dulces como en "Nuevos aires" e "Inmenso jardín".
Con claras influencias de Led ZeppelIn, Jimi Hendrix, El Flaco Spinetta y Divididos, este disco tiene de todo, hasta pasajes que nos remiten a viejas baladas de Illya Kuryaki, aunque sin perder autenticidad. Un sonido setentoso pero con una batería actual, bien grabada y ecualizada, algo muy difícil de lograr en las grabaciones locales.
El disco fue grabado en formato vivo, una forma más espontanea y cómoda para el músico, en la que todos tocan y graban al mismo tiempo, parecido a lo que ocurre en el programa Encuentro en el Estudio conducido por Lalo Mir, acompañado por el ingeniero de sonido Jorge "Portugués" Da Silva.
Lejos de lo que sería un demo, Gritar no suena improvisado sino que, más bien, es una invitación a escucharlo entero, ya sea con auriculares o a la vieja usanza con dos "parlantitos" estéreo bien ubicados, una costumbre quizás perdida.
Cepillo es una banda joven, con hambre y ganas de hacer las cosas bien pero sin perder el espíritu rockero. Sorprende gratamente que la juventud que compone al cuarteto no haya cedido a la superficialidad actual. Queda claro que no es su techo, quedaría pendiente escuchar su presentación en vivo para cerrar esta primera buena impresión.
ÚLTIMAS NOTICIAS