Sábado, 21 de Diciembre 2024
Martes, 10 de Septiembre del 2013

Un músico de Funes al mundo

El director de orquesta Gabriel Alustiza participó de un encuentro con los colegas más prestigiosos en Huelva, España.

Tenía sólo cinco años cuando sus padres le regalaron una guitarra. El instrumento tenía solo tres acordes y la primera canción que tocó fue  Ojos Negros. Así asegura el director Gabriel Alustiza que nació su amor por la música. Hace 20 días que este funense por adopción regresó de un importante encuentro de directores que se realizó en Huelva, España.

"Fue para mí como tocar el cielo con las manos" aseguró, debido a que  estuvo con directores de los que él leía en libros sus historias.  Allí dirigió "La fuerza del destino" de Verdi, la Sinfonía Inconclusa de Schubert y la Sinfonía Número Uno de Beethoven. A raíz de este viaje surgieron proyectos tales como hacer un concierto en Ginebra con Osvaldo Peroni (el tenor que cantó para el Papa) y armar orquestaciones de música argentina a pedido de las orquestas de México, Alemania, España y Moscú. 

"Creo que la oportunidad me la brindó toda la gente que formó  parte de mi formación" expresó. En este viaje tuvo la oportunidad de compartir gratos momentos con directores de otros países, quienes, según Gabriel, son "totalmente abiertos".

La primera vez que el músico se subió a un escenario fue en la escuela primara de Firmat (ciudad de  la cual es oriundo y donde vivió hasta los 16 años), cantando y tocando la guitarra. "Fue una sensación rarísima porque es una mezcla de nervios con satisfacción y felicidad plena, es mágico" recordó. Gabriel formó parte de la banda infanto juvenil de Firmat. Allí, y debido a que todos los instrumentos son de viento y percusión, comenzó a estudiar trompeta.

Al  mudarse a la ciudad de Rosario, distintos grupos lo invitaban a tocar otro de los instrumentos que ejecutaba con gran habilidad: el teclado. "Lo tocaba intuitivamente, no tenía formación", aseguró. Entonces le aconsejaron  tomar clases con Antonio Bono, quien le hizo descubrir  un mundo musical que no conocía. "Me permitió la posibilidad de entender la música a nivel universal", expresó.

A los 19 años comenzó a estudiar orquestación para ensamble de jazz con Enrique Bevacqua. Sus ex compañeros de la banda  de Firmat le pidieron que les hiciera un arreglo del tema "New Orleans", el cual fue escrito en 1924. A ese concierto asistió un  integrante  de la conocida Tradicional Jazz Band a quien le llamó la atención que alguien tan joven escribiera arreglos para un tema de los años 30. Tras comentárselo a Alberto Manera (director), este lo quiso conocer y lo invitó a un ensayo y terminó reemplazando al pianista que estaba ausente. A Gabriel le gustó tanto lo que tocaban  que se enganchó a tocar con ellos.

Actualmente, se desempeña como profesor de música. El modo que eligió para acercarse a sus alumnos es por medio de los dibujos animados, porque los dibujos están compuestos por música de Jazz y música Clásica, lo que les hace utilizar la inteligencia emocional (entender las cosas con el solo  hecho de observar).