Jueves, 25 de Abril 2024
Domingo, 05 de Junio del 2022

30 años de Messineo en Funes: “Esto sigue siendo un corralón”

La reconocida casa de materiales de construcción, acompañó y supo estar a la altura del desarrollo de la ciudad sin perder su esencia. Padre e hijo; Oscar y Ezequiel Messineo, cuentan cómo fue el recorrido, cómo supieron sortear las dificultades y mantener desde hace tres décadas un servicio orientado al cliente sin dejar de expandirse.

por Vanesa Fresno

“Si hago memoria la historia de Messineo en Funes se remonta a la construcción del emblemático tanque de agua”, le recuerda Ezequiel a su papá y automáticamente Oscar desbloquea el recuerdo: “Así fue, Pascual mi papá le vendió a Puppetti padre, los materiales en ese momento, cuando Funes no era lo que es ahora, era un pueblo muy muy chico”. 

Años después e incentivado por un buen amigo, Oscar, que había estado trabajando vinculado al transporte de camiones, pero una mala jugada del contexto político y económico lo fundió, apostó al rubro que ya conocía: un corralón de materiales de construcción en Funes.

“Empezamos juntos con mi amigo como socios y después cada uno siguió por su lado, fue difícil al principio, la ciudad no era lo que es hoy y no venían de otros lugares a comprar como sucede hoy” resume Oscar. En ese entonces Ezequiel tenía 5 años, hoy lidera toda la parte logística de la empresa: “Nunca lo viví como un peso o una obligación de continuar el negocio familiar, sino más bien como una transición, mi papá se encargó de que lo sienta y lo viva así también”.

Ambos enfatizan en una misma idea: “Si bien el negocio creció y hay cosas que irremediablemente debemos delegar para seguir creciendo y estar a la altura del desarrollo de la ciudad y la región, el lineamiento y la esencia es estar y cumplirle al cliente como sea. Sin el cliente no existimos”.

Durante los últimos años, el desarrollo de la empresa estuvo vinculado a la adquisición de nuevas maquinarias, servidores, crecimiento de las instalaciones y hasta la incorporación de un nuevo rubro: en 2016 se quedaron con la franquicia local de Pinturerías del Centro, que espacialmente se encuentra ubicada en frente de su comercio por Ruta 9. “Fue una oportunidad en ese momento, no algo planeado, de hecho, tuvimos que hacer algunos movimientos para adaptarnos, cambiamos la logística y administración, pero los empleados continuaron”, recordó Ezequiel.

En estos tiempos la tecnología es clave para las empresas y así lo entendió Ezequiel cuando comenzó a involucrarse más. “Creo que los dos complementamos, mi papá desde la experiencia, el servicio personalizado, la atención al cliente y yo desde las nuevas tecnologías e implementaciones para brindar agilidad en los procesos”, dijo. Y recuerda gracioso: “Claro que cuando le dije que teníamos que invertir e instalar un servidor gigante fue difícil, pero él siempre apostó al crecimiento”. 

En esa línea, consideran que la tecnología de punta fue siempre una constante en Messineo: “en el año 95 empezamos con un sistema para las ventas que nos había desarrollado el hijo de un amigo, fuimos pioneros en sistemas en el rubro en la ciudad” rememora Oscar.

Sobre el dilema que implica trabajar con la familia, padre e hijo le quitan drama “podemos tener discusiones, pero duran un día y ya está. Estamos orgullosos de trabajar juntos, del camino recorrido, del apoyo de la familia, de los empleados, de todos los que hacen posible que Messineo sea reconocido en la zona”.

Y sobre esta idea Oscar deja ver su emoción: “Yo hablo con clientes de hace años como un amigo, me dan la mano, puedo estar tranquilo que en mi negocio van a atender a los clientes como lo hacía hace 20 años yo en el mostrador”. 

“Para mí la empresa es desde que era chiquito y jugaba en las montañas de arena, el recuerdo de mi abuelo Pascual preguntándome cosas y comparando con su época, hasta hoy encarando nuevos proyectos y desafíos, es nuestra vida”, agregó Ezequiel. 

“Hemos pasado varias, Argentina es un país difícil, se viven muchos altibajos y el rubro de la construcción es de los que más se sienten los cimbronazos, pero creo que supimos o tuvimos la suerte de actuar de manera correcta, respetando nuestros valores y estando a la altura de la demanda y el cliente” finalizaron.  

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