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Martes, 07 de Febrero del 2012

La canasta escolar viene con un 20 por ciento de aumento

A 21 días del inicio de clases, la venta de útiles escolares ya arrancó fuerte en la ciudad, donde la variación de costos entre el año pasado y este ronda el 20 por ciento.

La canasta escolar viene con un 20 por ciento de aumento
A 21 días del inicio de clases, la venta de útiles escolares ya arrancó fuerte en la ciudad, donde la variación de costos entre el año pasado y este ronda el 20 por ciento. No es fácil hacer comparaciones, ya que el rubro de librería es uno de los que ostenta mayor dispersión de precios y de incorporación de novedades anuales. Un mecanismo que persigue seducir sobre todo a los niños, especialmente permeables a la oferta televisiva de licencias internacionales. Y así como hay padres que sucumben a la voluntad de consumo de sus chicos ("Quiero este, este, este", se escucha entre las góndolas repletas de colores), también están los otros que marcan límites. "Si le quedó algo del año pasado, por más que implore, otro no le compro", explicaba ayer una mamá, mientras otra simplificó el trámite con una frase terminante: "A la librería, voy sola".

Como todos los años, un mes antes del inicio de clases se dispara la actividad en las librerías y textiles donde se ofrecen guardapolvos y uniformes. Esta vez, el arranque más temprano del ciclo lectivo (28 de febrero próximo) también anticipó las ventas.

No hay unanimidad en las grandes librerías rosarinas acerca de hasta dónde llega el incremento de precios en la canasta escolar respecto de 2011.

Para el encargado de Tomy, podría rondar entre el 15 y 17 por ciento. Para el de La Cubana, en cambio, sigue el mismo índice general (extraoficialmente calculado en torno al 22 o 23 por ciento). Y para el de Lader, oscila entre el 18 y el 20. El promedio es del 20.

Y es el que calculó, además, el diputado provincial Maximiliano Pullaro (UCR), quien mañana presentará un proyecto para que el gobierno santafesino garantice (acuerdo con las cámaras, grandes empresas y organizaciones de consumidores mediante) una canasta escolar con 15 productos básicos de alcance popular.

No es fácil precisar las variaciones de precios porque año tras año los útiles salen al mercado con innovaciones (por lo general accesorias) que dificultan la comparación.

Pero hay clásicos en los que se puede ponderar la variación. Por ejemplo, el adhesivo sintético —Voligoma— que en febrero de 2011 estaba a 2 pesos ahora cuesta 2,40. El papel aumentó bastante: un repuesto de 480 hojas de primera calidad que el año pasado salía de 40 a 48 pesos, hoy vale entre 53,70 (Exito) y 69,90 (Rivadavia).

Pero en lo demás, la dispersión es impresionante. Hay lápices de colores, fibras, fibrones, reglas, biromes, lapiceras, canoplas, cartucheras, cuadernos, carpetas y mochilas de absolutamente todos los precios, todos los diseños, con todos los detalles, de todas las marcas....

Una mochila en oferta se consigue desde 40 pesos. Pero casi no hay tope y abundan las de más de 400. Idem las cartucheras, que en su versión más novedosa (por ejemplo, una Kitty a la que se le puede cambiar la ropa) llegan a 110 pesos y en un modelo estándar, pero de marca, oscilan entre 50 y 80.

El de las marcas es todo un tema. Desde hace unos años "mandan" las licencias internacionales de personales de cine, TV y videojuegos. Entre ellos los de Disney (Princesas, Hadas o Mickey Mouse), Hot Wheels, Barbie, Ben 10, Kitty, Ultimate Alien, Generator Rex o Bakugan. Pero ahora, afirman en La Cubana, pisan fuerte marcas como Mauaá, 47 Street o Kevingston, inicialmente de indumentaria y que ahora incursionan por otros rubros, como librería.

"¿La vieja carpeta de fibra negra con tres anillos? —ironiza el encargado de Lader, Diego Martínez— Ni me acuerdo de cuánto sale... si hace siglos que no sale una". En cambio, sabe al dedillo cuánto cuestan las fashion. Los tiempos cambian.

Con exigencias
A los vendedores de librerías no les pasa desapercibido un "detalle" que se viene generalizando desde hace dos o tres años: cada vez llegan más clientes con listas de artículos exigidos por las escuelas de sus hijos, pero a las que les pautaron nada menos que las marcas. Por supuesto, casi siempre se piden las más caras.