Jueves, 25 de Abril 2024
Viernes, 12 de Octubre del 2018

Va a ser tan lindo hacer un puente: la historia de una adopción

<p>Una funense adoptó a una nena de 13 años. El caso marcó un antes y un después en la acción del Estado en esa materia.</p>

 

Un año atrás, en octubre del 2017, se abrió una convocatoria pública que fue inédita hasta el momento en materia de adopción y que resultó felizmente exitosa: desde el gobierno provincial lanzaron una campaña de difusión, con alcance nacional, para encontrar una familia dispuesta a adoptar a una nena de 13 años.

 

En abril de este año, luego de un cuidadoso período de vinculación, se supo que la niña ya vivía en Funes junto a su mamá: Ana, una docente de 41 años que fue una de las 456 familias, de 22 provincias del país, que se ofrecieron a ser sus padres. En las primeras tres horas de habilitada la web para la inscripción, hubo más de 100 solicitudes y al cierre de la convocatoria se habían anotado 107 personas solteras (94 mujeres y 13 hombres), 10 matrimonios igualitarios (seis de hombres y cuatro de mujeres), cuatro matrimonios de nacionalidad extranjera, y otra mujer extranjera soltera.

 

El caso de la nueva familia funense marcó un antes y un después en la forma de que el Estado hace de nexo entre chicos y chicas –mayores de 8 años de edad- que esperan ser adoptados, y familias que desean un hijo o hija. En pocos días se conocerá la tercera convocatoria abierta, esta vez pensada de manera masiva. Serán varios niños, niñas y adolescentes los que encontrarán una familia que los adopte, explicó el secretario de Gestión Pública provincial, Matías Figueroa Escauriza. La apuesta es volver a confiar en la estrategia que funcionó para la adolescente de Funes y para un grupo de tres hermanitas que fueron adoptadas por una familia cordobesa en la segunda ocasión.


 

Convocatoria abierta

 

En su momento, a los 145 aspirantes de Santa Fe que se inscribieron como dispuestos a adoptar a la niña funense se les ofreció inscribirse en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos (Ruaga). El resultado fue de 27 aspirantes inscriptos, de los cuales 16 lo hicieron "con disponibilidad amplia”, es decir, para adoptar chicos que han pasado la primera infancia.

 

En diálogo con InfoFunes, Figueroa Escauriza contó: “En el caso de la mamá soltera de Funes, fue la primera vez que se puso en marcha la convocatoria pública abierta hecha por el Ejecutivo provincial. No se había hecho nunca, y fue una inscripción nacional y a través de la web. Esta nena está viviendo con su mamá hace meses, ya tiene hecho todo el proceso de vinculación, se generó el vínculo y hoy podemos decir que la primera experiencia en Santa Fe de una convocatoria pública fue cien por ciento exitosa”.

 

“Cuando llega un oficio buscando una familia para un chico o una chica, primero se busca en el registro provincial que es el Ruaga, ahí se mira si hay familias con ese perfil adoptivo. Si no hay inscriptos para adoptar a chicos con esa edad se hace un pedido a los registros de otras provincias. Si no tenemos respuestas favorables, recién ahí estamos habilitados a hacer una convocatoria pública. Es la última instancia para encontrarles una familia, y si no hay respuestas favorables, los chicos quedan institucionalizados hasta los 18 años”, explicó.

 

La experiencia fue la primera de este tipo en todo el país, y de hecho muchas provincias solicitaron luego conocer cómo fue el proceso y la unificación del registro on line. Pero lo más importante: la estrategia que se adoptó con la premisa de encontrar una familia para esta nena.

 

Tender un puente

 

“Lo que hicimos fue tratar de instalar el tema, y desmitificar que a los adolescentes no se los adopta. Lo que tratamos de mostrar fue mostrar de alguna manera quiénes son los chicos reales que existen en adopción, contárselo a la sociedad y tratar de ser un puente, el Estado y los medios de comunicación, entre esos chicos y los adultos que están esperando”.

 

El secretario remarcó: “Empezamos a contarle a la sociedad cuáles son los chicos reales. Tal vez en el imaginario de uno o de alguna pareja para adoptar siempre se piensa en un bebé, o en un chico chiquito. Lo que tratamos de hacer fue contar y reforzar que estos chicos un poco más grandes son chicos como cualquier otro, reales, que cualquiera puede conocer, lo único que tienen es que han sufrido mucho más por haber pasado por procesos de desvinculaciones familiares”.

 

En la convocatoria hubo un detalle que realmente llegó a los corazones de los más de 400 interesados en adoptar, que se repitió en la segunda convocatoria y que se hará de nuevo en la tercera que está por lanzarse: una pequeña biografía de quién y cómo es el niño o la niña que espera ser adoptada, ellos mismos cuentan sus gustos, sus intereses. “Hacemos un perfil muy escueto, desde la propia voz de los chicos, que nos dicen qué es lo que les gustaría que contemos de ellos. Antes de hacer la convocatoria pública vamos a los lugares donde están institucionalizados, ellos saben cómo se hace la convocatoria y les preguntamos qué es lo que quieren que contemos de ellos”.

 

En un año cuatro niñas encontraron un hogar y una familia, de la mano de una decisión política que corrió lo suficiente las formalidades para lograr una estrategia de comunicación que rompió barreras, abrió puertas y tendió más “puentes” por el que crucen historias felices.