Viernes, 19 de Abril 2024
Sábado, 15 de Diciembre del 2018

Finalmente reparadas: vivencias de mujeres trans durante la dictadura volcadas en una obra de teatro

Hay una historia de lucha femenina que ninguna persona debería dejar de conocer. Una historia tan movilizadora y escalofriante como real. Y tan real como local. Y eso es lo que sorprende y moviliza, que no haya sido hasta estos días que se haya dado a conocer la versión de lo vivido por las mujeres trans durante el proceso de la dictadura.

 

Hubo un disparador, y fue la pensión de reparación histórica que la provincia de Santa Fe, pionera en el país, les otorgó a las mujeres trans por las detenciones sufridas durante la dictadura militar entre 1976 y 1983. 

 

Luego de eso, cinco de las once sobrevivientes que forjaron la historia de lucha en Rosario y la provincia, decidieron protagonizar una obra de teatro con el fin claro de concientizar a la sociedad sobre las atrocidades que padecieron y que “se caiga el velo de los ojos de la gente que no vio o no quiso ver lo que vivimos en nuestra juventud”, aseguran.

 

De seguro, ni en sus más positivas premoniciones, imaginaron generar lo que generaron esa noche y todas las que les siguieron desde su estreno, en el público: risas, lágrimas descontroladas, rabia, empatía, sensaciones a flor de piel.

 

Los 70 y los 80 fueron años despiadados para ese grupo, a muchas les valió el exilio del país. Pero no sin antes vivir cada día de su juventud, sin tener la certeza de saber si iban a sobrevivir.

 

Fueron perseguidas, encarceladas, golpeadas, humilladas, sometidas, violadas, empujadas a la prostitución. “Nadie nos aceptaba y mucho menos nos daba trabajo. Ya estando todas fuera de nuestras casas y sin diálogo con nuestras familias, estábamos obligadas a prostituirnos para poder comer”.

 

Lo que relatan parece haber ocurrido en otra vida, en otra cultura, en otro mundo. Pero no, la persecución por su elección, por su deseo de ser, ocurrió aquí, hace apenas unas décadas. Pero no lo lograron, no las callaron, al contrario, las empoderaron, las hicieron más fuertes, forjó su carácter, les permitió tener la valentía que muestran hoy para transformar la peor época de sus vidas en una obra que pone sobre la mesa la importancia de la lucha y da visibilidad a lo ocurrido.

 

Ser parte de la experiencia Finalmente Reparadas, es estremecedor porque muestra dos aristas. Por un lado, pone al descubierto que haber sido una mujer trans en la época de la dictadura y poder contarlo hoy, es realmente, ser una sobreviviente. Y por el otro, todo lo que aún falta. Que quedó demostrado con las ovaciones de pie y llantos desconsolados que el público perteneciente al colectivo LGTB manifestó cuando las protagonistas enumeraron a los gigantes con los que se enfrentan: “gigantes como las leyes, gigantes como la sociedad, gigantes como la propia familia que muchas veces las rechaza”.

 

Finalmente reparadas es una obra que logra encerrar en ella recuerdos de estigmatización, rotura de los lazos familiares, brutalidad policial, discriminación, abusos sexuales dentro de las prisiones, prostitución y exilio pero que paradójicamente les permitió nada más y nada menos que liberarse de todos esos secretos.

 

Pero es cierto, la vida vuelve siempre a dar una segunda oportunidad y para ellas, su reparación histórica y el éxito de esta obra, simboliza que nada de eso, fue en vano.