Viernes, 19 de Abril 2024
Viernes, 15 de Febrero del 2019

“En un mundo de oyentes, a la persona sorda se la acepta pero no se la incluye”

<p>La ONG Sonríe nació hace cinco años con la intención de brindar un espacio de actividades a las personas con discapacidad de la ciudad.</p>

Foto Vanesa Fresno

El camino recorrido por la ONG es largo, todo surgió a raíz de un curso de discapacidad en el Centro de Discapacitados dictado por Laura Ferro. “Éramos un grupo de los cuales muchos seguimos, y cuando terminamos se nos ocurrió hacer algo con lo aprendido y fue así que tuvimos la idea de formar la ONG”, describen hoy, varios años después de aquel curso que los unió, los integrantes de Sonríe.

 

“El nombre hace referencia a que en el curso nos divertíamos mucho pero también a que el hecho de tener una discapacidad, no tiene porqué quitarte la sonrisa”, contó Graciela, su directora.

 

Algunas de las actividades gratuitas que allí se pueden realizar son arte, fútbol, atletismo, baile, computación y lengua de señas. “La idea de los talleres, si bien son abiertos al público, es que sean un espacio para los chicos con discapacidad, para que tengan un momento de recreación, para divertirse, que no sea la terapia”.

 

Todo es ah honorem y se sustentan con ventas de pastas, empanadas, pizzas. De las cuales los vecinos de Funes “colaboran mucho y siempre”.

 

“También tenemos el espacio en Funes Art, que nos brinda Martín y las clases de ayuda escolar. La abogada Lorena Morena se encarga de ofrecer asesoramiento legal. Nosotros ayudamos muchas veces a que obtengan su certificado de discapacidad y hacerle tomar conciencia de su importancia, mucha gente dice que rotula y no es así, sino que habilita”, comentan.

 

El coro

 

Siete alumnos, más la profesora y la auxiliar del taller de Lengua de Señas, esperaban a la cronista y fotógrafa de Infofunes para estremecernos y emocionarnos con su interpretación del tema Color Esperanza.

 

“Estamos muy abocados al coro, vamos a las escuelas, los actos, cualquier invitación allí estamos. Al evento del día de la discapacidad del 3 de diciembre, que es una marcha y luego baile y hamburguesada en el Club Funes, lo hacemos hace tres años. Es un día importante y queremos que se tome conciencia”, comentan.

 

Liliana, la profesora reflexiona: “Con las canciones se aprende mucho más, cantamos varios temas: Aprender a volar, el Himno, Tren del Cielo, Color Esperanza, Que canten los niños, El país de la libertad”, enumera.

 

La idea del coro es una manera de visibilizar, y de involucrar a la gente de la ciudad de una manera diferente. “Fuimos a la escuela 1061, a la Berni, a la Fiscal. Es increíble ver a los nenes del otro lado, como terminan cantando la canción y se muestran asombrados”. En referencia a esta idea de involucrar, hablan de lo valioso que es que se concrete el proyecto de enseñar lengua de señas en los colegios y a su vez, la importancia de que quienes trabajen en las Instituciones sepan “aunque sea lo mínimo”. “Hay lugares en donde es imprescindible. Los hospitales, los bomberos, la policía y hasta los comercios mismos”, insisten.  

“Con cualquier persona que tenga otra discapacidad, uno se puede comunicar, con la persona sorda si no sabes lenguaje de seña, no hay forma”, agrega Graciela, quien además de ser la directora de la ONG es la mamá de Maxi, quien nació con hipoacusia.

 

La importancia de involucrarse

 

Desde la ONG, hacen foco en la importancia de que la sociedad de involucre. “No hablamos de la hipoacusia únicamente, con todas las discapacidades pasa lo mismo. Con una persona ciega no sabemos cómo actuar, ni a qué corresponde el tipo de bastón que tiene por ejemplo”, señalan.

 

El grupo del coro es un ejemplo claro de lo que es la integración de la lengua de señas. Sólo tres son sordos, el resto no. Son padres y madres de familia, maestras, personas que se quieren comprometer desde su lugar con la sociedad. Y dedican su tiempo para hacerlo.

 

“Para todos los que venimos, siempre fue como una materia pendiente, o porque nos gustaba desde siempre o porque creemos que sería valioso por trabajar en escuelas, o porque teníamos la necesidad de ayudar a otro”, reflexionan consultados a qué los motivó para empezar.

 

Con respecto a las dificultades que viven a lo largo de su vida, entre las principales Graciela menciona: “La escolarización de mi hijo y de cualquier chico con discapacidad quita años de vida a los padres, cuesta angustia y lágrimas. Es a nivel escuela, a nivel obra social, creo que los padres nunca debemos bajar los brazos porque si vos no lo defendes no lo va a hacer nadie”.

 

“En las escuelas falta muchísimo, es como que nadie sabe qué hacer, quieren que vayan a escuelas especiales. Lo que es diferente molesta y hay que apartarlo. Este es un mundo de oyentes, entonces a la persona sorda o con hipoacusia se la acepta y se la integra, pero no se la incluye”, definen.


“Nunca se sabe lo que va a pasar en la vida, uno no siempre nace con una discapacidad, a veces te puede pasar en el trayecto. Entonces sería valioso poder ponernos en el lugar del otro. Tener la inquietud por aprender”, concluyen los integrantes de la ONG.