Jueves, 28 de Marzo 2024
Lunes, 24 de Julio del 2017

El funense que diseñó un juego de estrategia de guerra

<p>El elaborar juegos de mesa ya no es un hobby para Franco Toffoli. Trabaja en un proyecto para armar la ciudad y recrear su historia con ilustraciones.</p>

-¿Cómo nació tu vocación del ludotecario?

-En realidad no soy ludotecario. Ser ludotecario es una profesión que incluso se estudia; yo soy diseñador de juegos de mesa y he hecho cursos por gusto cuando me surgió la necesidad de entender un poquito mejor cómo funcionan los juegos de mesa y cómo se hacen. Pero el gusto por los juegos de mesa me surgió desde chiquito. Yo jugaba muchos juegos de adolescente y hace muchos años descubrí que a muchos juegos modernos no los conocía porque a Argentina no llegaban y eso abrió un nuevo mundo para mí. Paralelamente mientras jugaba también diseñaba, le cambiaba las reglas a los juegos cuando algo no me gustaba y más tarde me animé hacer un juego propio muy casero para jugar con mi familia y amigos. Más tarde, me embarqué en hacer un proyecto serio de juego de mesa, el “Corona de Hierro”, que salió publicado ahora en mayo.  Es un juego de estrategia de guerra para adultos y adolescentes. Creo que la posibilidad de poder publicar un juego generó en mí una dedicación más seria, ya no lo veo solamente como un hobby.

 

-¿Qué significa para vos ser conocido como el creador de “Corona de Hierro”?

-No sé si soy muy conocido en realidad, mis amigos y mi familia me conocen (risas). Esto es nuevo para mí, vos pensá que mi juego salió publicado este año, así que recién está empezando a conocerse. Ahora estoy con algunos proyectos también para la Municipalidad: estamos haciendo un juego que se llama “Recreando Funes”. Pero la verdad es que a mí no me modifica ser conocido, mucha gente de acá me conoce por ser docente y por haber sido ex alumno.

 

-¿Corona de hierro es el único juego de tu autoría?

-Por ahora es mi único juego publicado. Sumado a esto y por mi vocación de docente también me interesan mucho los juegos aplicados a la educación. A partir de ese interés armé con unos amigos un estudio de diseño de juegos educativos que se llama Tekun. Con Tekun tenemos dos proyectos por ahora que son los más avanzados: el de “Recreando Funes” que se va a publicar en agosto/septiembre, cuyo objetivo es armar la ciudad y recrear su historia con ilustraciones. El otro proyecto, “Bienaventurados”, es un juego de cartas para la catequesis con distintos temas para trabajar.

 

-¿En qué te inspiras para crear los juegos?

-Básicamente en lo que a mí me gusta, en general hago juegos a los que me guste jugar. Sí es verdad que en ciertos casos hay que adaptarse también a la demanda, por ejemplo en el caso del proyecto de Funes que presenté a la Muni la demanda era que pudiera jugarse en tercer grado (para niños de 7 y 8 años). Entonces al diseño original que yo tenía tuvimos que simplificarlo bastante porque tiene que ser un juego que entienda cualquier chico de esa edad.

 

-¿Qué actividades desarrollás en la Casa de la Cultura?

-Acá hago un taller de juegos de mesa llamado “Club de Juegos”. La invitación al taller principalmente es para aprender a jugar juegos. La realidad es que hoy los chicos juegan poco a juegos de mesa y con el avance de la tecnología están muy dedicados a estar con el celular, la Play Station o la computadora. Por eso lo que proponemos acá es que los chicos vengan a jugar juegos de mesa, se encuentren cara a cara, interactúen y aprendan jugando. Es también una invitación a los padres y abuelos a que vengan a jugar con los chicos. Actualmente, el promedio de chicos que está viniendo está entre los 8 y 10 años, pero está buena también la participación de padres y abuelos porque les enseñamos a jugar para que después puedan jugar con los chicos.

 

-¿Cuánta concurrencia de chicos tienen?

-Hoy en la Casa de la Cultura hubo más de 40 chicos sin contar padres y abuelos. Por ahora este proyecto es sólo para las vacaciones de invierno. Con esto empezamos el año pasado tres días por semana. Y este año estamos haciendo cinco días, de lunes a viernes, las dos semanas de vacaciones. Está siempre lleno por ahora.

 

-¿Los encuentros y actividades que hacés, los hacés solo en Funes o en otro lugar?

-En Rosario también hacemos un club de juegos que fundamos con unos amigos llamado “Club de Juegos Rosario”, que trata de promover el hobby y los juegos de mesa. Esto se lleva adelante desde hace tres o cuatro años con reuniones mensuales en algún bar del centro y con invitación libre y gratuita. Este perfil es bastante distinto al del taller de Funes, porque aquí generalmente asiste gente adulta, de un promedio de 30 años para arriba.

 

-¿Qué elementos tenés en cuenta para saber si un juego funciona?

-Más que elementos yo creo que hay que testear. El diseño de un juego requiere muchísimo testeo. Un juego es un sistema que tiene mucha mecánica entonces en tu cabeza puede andar bárbaro pero cuando lo jugás con otra persona te das cuenta qué funciona bien, qué funciona mal o que no funciona. Es ahí cuando lo tenés que modificar y volver a testear y ver qué pasa, así hasta el hartazgo. Imaginate que yo con “Corona de Hierro” estuve tres años hasta que pude decir ´esto funciona como yo quiero y produce en la gente lo que yo quiero que produzca´.

 

-Por último, ¿Cómo ves a los juegos de mesa en esta era digital?

-Los juegos de mesa están teniendo un resurgimiento en los últimos años. La década del ‘90 fue una época en que lo digital avanzó y arrasó con todo, pero a partir de los últimos diez años es una tendencia mundial en Europa el resurgimiento de los juegos de mesa porque te brindan algo que no te dan los juegos digitales, que es la experiencia cara a cara. Y eso lo digital no te lo puede dar. Por eso resurgió mucho entre los adultos, porque son aquellos que ya pasaron por lo digital y hoy están más necesitados de estar con otro, charlar con un amigo. Los juegos de mesa y los juegos virtuales son dos cosas distintas: los videojuegos generalmente son para jugarlos solo, pero cuando vos querés encontrarte con gente, con amigos y pasar un buen momento el juego de mesa es mucho más apropiado.