Jueves, 18 de Abril 2024
Lunes, 09 de Enero del 2017

Decisiones peligrosas: La gestión municipal comienza a mostrar falencias e internas

Decisiones peligrosas: La gestión municipal comienza a mostrar falencias e internas

El año electoral ha comenzado y empiezan a aflorar decisiones que colocan a la gestión del Intendente Diego León Barreto - más que en un subibaja - en una pista de autitos chocadores.

No hay dudas que el Intendente recibió un Municipio cargado de problemas no solos presupuestarios sino también políticos. La elección ganada lo fue luego de una interna instalada por el propio partido de gobierno, con una candidata que gobernaba la ciudad después del triunfo del Frente Progresista Cívico y Social y que terminó manifestando que “se sentía desilusionada” con algunos integrantes del gobierno provincial para justificar su voltereta político electoral. Resultado: la sociedad leyó estas actitudes indignas y terminaron por colocar al actual mandatario municipal en la competencia final, donde sacó una diferencia importante ante un candidato del Frente Para la Victoria que venía golpeado por sucesivas derrotas y por el contexto de la nacionalización de las elecciones.

Diego Barreto ingresa así con importante hándicap y todo por hacer. Sin embargo, la conformación de su equipo de gobierno se ha convertido en su principal enemigo. El Intendente ha quedado prisionero de sus propias decisiones y de los caprichos de su Secretario de Gobierno, que parece hacer todo lo necesario para que la gestión naufrague.

Un balance general del primer año de gestión nos da un saldo deudor. Más allá de los esfuerzos y de los anuncios, lo concreto es que muy pocos de los mismos se han cumplido. No es un dato menor que la ciudad no se inunde como antes, evidentemente los trabajos realizados en el canal Salvat, entre otros, han permitido darle un principio de solución a un problema habitual en tiempos de lluvias copiosas. O la instalación del puesto de Gendarmería y los resultados en materia de seguridad que han nivelado la balanza favorablemente en la caída de los índices delictivos.

Pero además de estos dos logros – no menos importantes – el déficit político es indudable.

Barreto está sufriendo las consecuencias de esas internas que se han trasladado desde la Nación a la Provincia y de allí al Municipio. Del Marcos Peña versus Emilio Monzó, al Federico Angelini contra Anita Martínez y la Fundación Pensar, el intendente quedó colocado en el medio del camino y es en cierta medida consciente que el equilibrio es su única salvación.

Hace un poco más de un mes se conocía la renuncia del Secretario de Planeamiento al enterarse que se había dictado un decreto modificatorio de uno vigente en materia de licitaciones, que contenía graves vicios de legalidad. Dejaban en manos de tres personas (Intendente, Secretario de Gobierno y Coordinador de Gabinete) las cuestiones relativas a los llamados a licitación excluyendo a la Secretaría de Hacienda y al Secretario de Planeamiento en clara violación a la ordenanza de contabilidad y disposiciones técnicas. Tal fue lo escandaloso de ello que tuvieron que retroceder Concejo Municipal mediante y los propios concejales del Pro, intentándose luego dar razones a las sinrazones.

El pasado viernes se veía como el Secretario de Gobierno firmaba una resolución y se hacía presente en la obra de cloacas del Kentucky con un despliegue donde solo faltaba el Ejército y la Fuerza Aérea para clausurarla preventivamente por falta de habilitación municipal, no obstante tener la de la provincia y la nacional. Esto nos llama a la reflexión acerca de las actitudes espasmódicas e histéricas de algunos funcionarios que, cuando hacen gala de su ignorancia supina, olvidan cuestiones básicas como por ejemplo la aplicación del principio de razonabilidad del acto administrativo, regla central en materia de derecho público que tiene como fin evitar lo que se conoce como arbitrariedad.

Está claro que en el caso descripto dicho principio brilló por su ausencia. Si tal como manifiesta en el escrito el Secretario de Gobierno no se ha presentado en la Municipalidad la documentación inherente a dicha obra, lo razonable hubiera sido realizar la constatación, dejar notificado con plazo perentorio de horas o días la obligación de presentar los mismos y en su defecto de no hacerlo proceder a la clausura y colocación de multa. Todo ello bastaba con un funcionario del área respectiva que se acercara al lugar. Esgrimir afectación a las normas de tránsito es una burla.

El desplazamiento realizado (Comando, Gendarmería, COE) y la sola firma del Secretario de Gobierno en la resolución demostrarían a las claras que el Intendente está ausente, que la conducción está en manos de uno o dos funcionarios subalternos a quienes evidentemente no les importa que los costos  los pague León Barreto. ¿Puede el primer mandatario desconocer semejante despliegue? Y si lo desconocía ¿Cómo puede ser que no removió a su funcionario que actuó con autoritarismo y arbitrariedad manifiesta? Amén que le molesta que un emprendedor privado haga la obra que el Municipio no realiza.

Es hora que el Intendente entienda que debe refrescar la gestión, y debe hacerlo apoyándose en los empleados municipales que poseen, por años de experiencia, capacidad e idoneidad para llevar adelante esa empresa. Debe reducir la planta política y reestructurar su organigrama, pensado más en pagar favores políticos que en la eficiencia que requiere un gobierno y sacarse de encima a aquellos que le hacen cometer errores de los que no se vuelve. Está a tiempo aún de no dilapidar la confianza y el crédito político que la sociedad funense le otorgó.

                                                                       Dr. Guillermo Grisolia

                                                                            DNI 24.586.367